Profesores y alumnos de las facultades compostelanas se quejan de la carga de trabajo y los problemas para terminar los estudios de licenciatura desde la adaptación al Espacio Europeo de Educación Superior.
-No es la primera vez que se hace una modificación de los planes de estudio, en la década de los 90 también tuvimos que vivir una reforma integral de los planes. Siempre que hay un cambio de las enseñanzas hay un período de transición durísimo para todos. No es una situación excepcional pero sí muy compleja, y más en un tiempo de crisis donde no tienes para adaptar los espacios, por ejemplo. Hablamos de facultades como Historia, un edificio histórico que necesita una reforma integral. Quizás no era el mejor momento para hacer esto, pero es parte de la vida universitaria.
-¿Pero hay ya medidas para paliar esta situación?
-Somos conscientes de las demandas de los estudiantes sobre que se van a producir disfunciones en la adaptación. Me preocupa la tasa elevada de suspensos en algunas asignaturas. Trabajamos intensamente en desarrollar instrucciones que permitan resolver problemas como la evaluación en convocatorias límite en las que haya un número elevado de suspensos y que en aquellas asignaturas que se extingan y tengan prácticas puedan acudir a las de los grados.