El premio del Ministerio de Cultura reconoce la labor de los dos últimos ejercicios en espacios públicos

La Voz

SANTIAGO

03 dic 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

La política rehabilitadora del casco histórico ha sido merecedora de numerosos premios, desde el de la Real Fundación de Toledo en 1993 por su proyecto de recuperación y renovación urbana hasta el que anteayer mismo le otorgaba el Ministerio de Cultura en la actual edición de sus premios Ciudades Patrimonio de la Humanidad, que ya había recibido en el 2005. En medio están el Gubbio en 1996, el Europa Nostra en 1996 y el 2001, el Manuel de la Dehesa en 1997, el Premio Europeo de Urbanismo (1998), el Torre Guinigi (2001) y el Archival (2003). El de mayor trancendencia internacional, sin embargo, llegó en el 2002, cuando la planificación de la protección y rehabilitación de la ciudad histórica le mereció el de Buenas Prácticas de Naciones Unidas.

Con el más reciente del Ministerio de Cultura se reconoce la «continuada intervención modélica» de la Oficina de Rehabilitación en los dos últimos años para la transformación de una docena de espacios públicos de la ciudad histórica: la calle Raxoi, Trindade, el entorno de San Fructuoso, San Clemente, el ámbito de Cruceiro do Gaio, el Campo das Hortas, la Calzada de San Pedro, Belvís, Calzada de Santo Antonio, Espírito Santo y el Olvido y su entorno.

La edila responsable de este ámbito, la nacionalista Olga Pedreira, agradecía ayer este reconocimiento -que hacía extensivo a todos los profesionales que han trabajado en él y a los vecinos por su paciencia y aportaciones-, que no solo premia las reurbanizaciones realizadas, sino el trabajo previo de planificación, en el que han participado 24 arquitectos y ocho arqueólogos. Un trabajo sobre el que se reflexionó incluso antes de saber si habría financiación para ellos. Finalmente se ejecutaron con fondos autonómicos y locales.