Las editoriales universitarias quieren ser vistas como sello de edición de calidad y prestigio

Manuel Beceiro SANTIAGO/LA VOZ.

SANTIAGO

13 nov 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

La Unión de Editoriales Universitarias Españolas (UNE) clausuró ayer su vigesimonovena asamblea general en Santiago tras analizar la problemática de los cambios de soporte derivados de la revolución digital, y cómo la transmisión del conocimiento a través del libro universitario tiene un nuevo horizonte en todo lo que son los e-books , la red de Internet, las pantallas, los iPad o las diferentes tabletas. Unos nuevos instrumentos que abren todo un revolucionario escenario que obliga a los editores a adaptar su forma de trabajo a las nuevas posibilidades técnicas de estos soportes favorecedores de que el libro sea más interactivo, dando pie a que el lector tenga un protagonismo mayor y haciendo que la obra tenga una pervivencia en el tiempo más larga.

Todas estas cuestiones fueron abordadas en la asamblea de la UNE, que también dedicó especial atención al tema de la visibilidad de la publicación científica. Francisco Fernández Beltrán, presidente de UNE, explica que «la edición universitaria tiene tres grandes ejes de actuación: apoyar a la docencia y, por tanto, formar a los profesionales, lo que estaría ligado a los nuevos manuales universitarios a través de nuevos soportes; un segundo eje relativo a la difusión de la investigación, transmitiendo el conocimiento que se genera en las universidades; y el apoyo a la cultura como tercera función».

La transmisión del conocimiento está vinculado al tema lingüístico, al «predominio absoluto del inglés, en este momento, como lengua franca para la difusión de la investigación». «Las universidades -añade Fernández Beltrán- tenemos que adaptarnos a esta realidad que sería absurdo no asumir, pero al mismo tiempo estableciendo vías en las que el inglés pueda convivir con el español y con otras lenguas del Estado; de manera que se pueda hacer difusión de la ciencia en español, en gallego, en catalán y en euskera».

En cuanto al apoyo cultural, el presidente de UNE considera que en las universidades, sobre todo las de territorios con lenguas y culturas propias, «la promoción de la cultura ha sido muy importante en la preservación, difusión y conservación» de este patrimonio lingüístico y cultural. La asamblea de UNE abordó también la voluntad de avanzar en el «sello de calidad». El concepto de university press en el mundo anglosajón , según Fernández Beltrán, «es sinónimo de calidad, un texto que ha pasado unos filtros, selecciones y evaluaciones». Ese trabajo se hace en España, pero, añade, «hace falta que eso se evidencie como sinónimo de edición de calidad y prestigio».

Abundando en el papel de vanguardia de la universidad, esta, según Juan Blanco Valdés, jefe del Servizo de Publicacións da USC, «es el terreno donde la fisura digital, de la que habla Marc Prensky, se reduce más, porque tenemos la misión de educar a los actuales nativos digitales, los responsables de transmitir con posterioridad esa idea de que la fisura digital no existe». Por otra parte, cree que la naturaleza de las publicaciones universitarias hace que las capacidades digitales sean muchísimo más rentables».