Doscientas voces contra el infanticidio femenino

Tamara Montero
Tamara Montero SANTIAGO/LA VOZ.

SANTIAGO

Luís Tosar apadrinó la nueva campaña de la organización Implicadas, que busca erradicar esta práctica en la India

07 oct 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

«Cuando nací, intentaron matarme dándome granos de arroz con cáscara». Es el testimonio de Sarita, una de las voluntarias que colaboran con la oenegé gallega Implicadas no Desenvolvemento. Su testimonio es estremecedor, pero se diluye en los miles que pueden proporcionar las mujeres hindúes. En aquel país faltan 37 millones de mujeres y la ratio de sexos está invertida. No se trata de un capricho de la genética, sino de una práctica que, aun estando penada, está extendida: el infanticidio femenino, que incluye abortos cuando el feto es una niña.

La erradicación de la «expresión máis extrema da violencia de xénero» ha consumido los esfuerzos y recursos de Implicadas desde el año 2007. Ahora, necesitan doscientas personas -una cifra que coincide con la carencia de niñas por cada 1.000 nacimientos- que se embarquen en el proyecto. Y para darle visibilidad, nada mejor que una de la caras más conocidas de los últimos años: Luís Tosar. El fue el encargado de presentar ayer en la plaza do Toural la campaña de la oenegé ante un nutrido grupo de seguidores y también de curiosos. El objetivo está claro: conseguir a esas 200 personas estén dispuestas a pagar una cuota mensual de 12 euros para que el trabajo de las voluntarias en la región de Salem siga salvando vidas. A las 18.30 horas, arrancó la inscripción: el primer nuevo socio fue el actor de Celda 211.

Ir a la raíz

La actividad que desarrolla Implicadas no Desenvolvemento en Salem se basa en cuatro pilares fundamentales. Además de apoyo, mediación y asesoramiento a las mujeres embarazadas para que puedan criar a sus futuras hijas, la oenegé, en colaboración con la organización People's Development Initiatives (PDI), tiene el objetivo final de ir a la raíz del problema y erradicar de la creencida de que las hijas tienen menos valor que los hijos varones. Para ello, utilizan herramientas como el teatro de calle «que provoca debate na comunidade», tal y como explicó la presidenta de Implicadas, María Reimóndez, poner en marcha grupos de ahorro y de microcréditos y sobre todo mejorar la autoestima de las niñas y adolescentes, que crecen con la sensación de no ser deseadas, lo que les impide luchar para hacer valer sus derechos. En todo caso, el primero de ellos, como aclaró María Reimóndez, es el derecho a la vida, y ese es el argumento que esgrime la oenegé que preside.

La campaña continuará visitando ciudades y villas de Galicia hasta junio del 2001, fecha límite para llegar a la cifra de 200 socios. Y han puesto todas las facilidades del mundo. A través de la página web 200implicadas.com es posible asociarse e incluso realizar una donación a la causa, además de proponer actividades complementarias con la que dar mayor difusión a esta iniciativa.