El Supremo recorta de 12 a 5 años de cárcel la pena al violador de una niña

M. Cheda SANTIAGO/LA VOZ.

SANTIAGO

23 ago 2010 . Actualizado a las 11:10 h.

El Tribunal Supremo (TS) acaba de rebajar de 12 a 5 años de prisión la pena que la sección sexta de la Audiencia Provincial de A Coruña había endosado en diciembre del 2009 a Federico, vecino de Pontecesures nacido el 29 de octubre de 1981, como autor de un delito de violación cometido contra Teodora cuando esta ni siquiera había cumplido los 14 y se hallaba de vacaciones en Padrón, a un millar de kilómetros de su domicilio habitual en Valencia. La Sala de lo Penal del TS, al igual que los magistrados de primera instancia, considera al acusado culpable de la agresión sexual que se le imputaba, si bien reduce en más de un 58% el castigo inicialmente impuesto, aduciendo una indebida aplicación de la normativa vigente en el momento de ocurrir los hechos y también que la «personalidad del reo no denota una especial perversidad».

Difundida con nombres ficticios, datada a 15 de julio del 2010 y conocida anteayer por La Voz, la sentencia, asimismo, deja en tres los siete años de cárcel a los que había sido condenado, «en concepto de cooperador necesario» del mal, un joven amigo del anterior identificado como Avelino. Y mantiene en apenas 24.000 los euros con los que ambos hombres deberán indemnizar a su víctima, a quien la perito psicóloga diagnosticó «una secuela, un trastorno de estrés postraumático, grave por su intensidad y persistente por su duración». Suscriben dicho pronunciamiento Juan Saavedra Ruiz, Joaquín Giménez García, José Manuel Maza Martín, Alberto Jorge Barreiro y José Antonio Martín Pallín, este último en calidad de ponente.

Los hechos en sí, como narran sus señorías en el escrito, ocurrieron en la madrugada del 1 de septiembre del 2004 durante las fiestas de Lestrove. Alrededor de la una, Teodora, entonces de 13 años, se encontraba en un «cobertizo apartado y carente de iluminación» donde unos minutos antes había sido violada por un adolescente al que luego, en junio del 2008, el Juzgado de Menores de A Coruña encerraría por ello. En alusión a este, el fallo relata: «Tras su marcha de allí y estando [la chica] todavía desnuda y conmocionada, en contra de su voluntad y con ánimo lúbrico, [Federico, Avelino y cuatro de sus compañeros] procedieron a sujetarla y tumbarla sobre el capó de un coche, manoseándola por todo el cuerpo». «Uno de ellos -continúa- llegó a introducirle el pene en la boca y otros los dedos en la vagina [...], sin que ninguno la auxiliase, a pesar de que lloraba y pedía que la dejasen».

Solo pruebas contra dos de seis

Aprovechando una discusión entre los maltratadores, la niña logró huir, para dos días después formular contra el grupo una denuncia en la Comisaría de Valencia. Pero, incoadas las correspondientes diligencias, instruido el sumario y tras un lustro de investigaciones, no pudo probarse, exceptuando la de Federico y Avelino, la participación de nadie en aquella salvajada, pese a que en el 2006 se habían emitido autos de procesamiento contra cuatro imputados, ni tampoco quedar demostrado quién de la pandilla había obligado a Teodora a hacerle una felación.

La Audiencia Provincial impuso a los dos penas de doce y siete años entre rejas, pronunciamiento que el TS tumbó este julio a instancias de la defensa.