Patrocinado porPatrocinado por

Una huerta ecológica en el patio

AGRICULTURA

Con esta iniciativa ambiental, el colegio de Urdilde, en Rois, quiere reivindicar la dignidad del trabajo de los agricultores

06 may 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

El mal tiempo del otoño y el invierno obligó al Centro de Educación Infantil y Primaria Pumar de Urdilde, en el municipio de Rois, a cambiar los planes iniciales de su proyecto de Voz Natura, una iniciativa de la Fundación Fernández Latorre con el patrocinio de las consellerías de Medio Ambiente, Territorio y do Medio Rural, la Diputación de A Coruña, Leche Celta, Cabreiroá, la Fundación Gómez Franqueira y Sogarisa.

Si en principio estaba previsto adecentar una ruta de senderismo por el entorno del centro, con la idea de que los alumnos conozcan mejor la zona y sean conscientes de la importancia del patrimonio que tiene, al final la participación en el proyecto medioambiental se limitó a crear una huerta ecológica.

El primer trimestre del curso estuvo dedicado a la parte más teórica, con temas como compost, siembra o herramientas, entre otras. Para ello, el colegio de Rois contó con la colaboración de la Asociación para a Defensa Ecolóxica de Galicia (Adega). El alumnado del ciclo medio y superior de Educación Primaria participó en todas las labores de creación de una huerta ecológica, que concluyeron la semana pasada con la plantación de unas 80 lechugas de tres variedades distintas. Para ello también contaron con la colaboración de dos personas con discapacidad intelectual de la Asociación Amipa y del técnico agrícola de la entidad, José Ramón Pardal.

Pero la plantación fue el último paso de una serie de trabajos, que comenzaron con el acondicionamiento de un bancal, para lo que tuvieron la ayuda de los trabajadores del sector de jardinería del primer taller de empleo del Concello de Rois. Asimismo, los padres prestaron su apoyo por lo que el proyecto fue una suma de esfuerzos. Y también, tal y como cuenta la profesora Amanda Rodríguez, un homenaje al campo y a sus gentes, en alusión a que «xa está ben de menospreciar o traballo do agricultor», dice la docente.

Ahora solo queda esperar a que pasen los días para, antes del final del curso, comer la lechuga en las ensaladas servidas en el comedor escolar. Este año no da para más, pero la profesora Amanda Rodríguez no desiste de la idea de poner en valor una ruta natural en el entorno del colegio para que los niños la conozcan, se den cuenta de la importancia del rico patrimonio de la zona e incluso hacer un folleto para darla a conocer.