El conflicto de la formación clínica de Medicina sigue dando coletazos

SANTIAGO

15 abr 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

El pasado 26 de febrero, se cerraba uno de los capítulos más polémicos del último mandato del actual rector de la Universidade de Santiago, Senén Barro: el proceso de contratación del profesorado encargado de impartir la docencia clínica a los alumnos de los últimos cursos de la titulación que expide en exclusiva la institución académica compostelana. Una reunión entre los rectores de las tres universidades gallegas y las consellerías de Educación y Sanidade creaba la figura del colaborador docente, que académicamente estará supeditado a la USC pero que en el ámbito administrativo dependerá de la universidad a la que se vincule el hospital, a pesar de que no existirá un contrato que los asocie a ninguna institución académica.

Quedaba de este modo resuelto un conflicto que llegó a implicar a los alcaldes tanto de la capital de Galicia como de A Coruña. ¿O no? Los últimos coletazos de un asunto que tuvo su momento álgido el pasado octubre -cuando el rector de la Universidade da Coruña, José María Barja, anunció que llevaría a la USC a los tribunales ante la convocatoria por parte de Compostela de plazas de profesor asociado en los complejos hospitalarios de la ciudad herculina y Vigo- todavía están a la orden del día. El claustro de la Facultade de Medicina emitió un comunicado hace unas semanas advirtiendo de que el texto rubricado el pasado mes de febrero creaba «inseguridad jurídica» al tratarse de una figura única en el Estado. «Lo más grave es que se ha creado un nuevo esquema docente que no se sabe si será posible cumplir», denunciaba el decano de Medicina, José María Fraga Bermúdez.

Además, los siete candidatos a rector ya se han comprometido a intentar cambiar el acuerdo al que llegaron las tres universidades y la Xunta. Todos tienen claro que los docentes que se encarguen de la formación clínica deben depender única y exclusivamente de la institución académica compostelana, que es quien expide los títulos de médico.

Los problemas comenzaron el pasado mes de julio, cuando la USC decidió poner en marcha su maquinaria burocrática para iniciar el proceso de contratación de profesionales sanitarios en calidad de profesor asociado a la institución académica para impartir la docencia clínica. La Universidade da Coruña reaccionó, aludiendo a un protocolo firmado en el año 2008 en el que se anunciaba que sería una comisión mixta, formada por la Xunta y las universidades, la encargada de designar al profesorado, que pasaba a ser un «colaborador docente».

Se desató entonces una tormenta que el actual rector, Senén Barro, intentó capear aludiendo al hecho de que la figura del colaborador no había sido desarrollada y que por tanto, y en aras de dar la mejor formación posible a su alumnado, habían convocado las plazas. El rector de la UDC, José María Barja, insistía en que la convocatoria no se ajustaba a la ley, un extremo ratificado, al parecer, por un informe de la asesoría jurídica de la Xunta. Barja presentó un recurso de reposición para paralizar el proceso, pero fue rechazado por Senén Barro. Entonces, Sanidade tomó parte instando a la USC a abandonar la convocatoria de plazas docentes. Senén Barro se negó de nuevo, aludiendo a que la Universidade tenía autonomía para ofrecerlas. Barja llegó a los tribunales, pero finalmente se cerró el acuerdo.