Los alcaldes, al igual que ocurrió en la comarca barbanzana, consideran que el vial es seguro para que pueda irse a 120
SANTIAGO
El debate sobre si debería cambiarse la velocidad de la autovía que algún día llegará hasta Noia ya está en las calles. Cabe destacar que, aunque ahora mismo el trazado solamente abarque desde Brión hasta Santiago, son muchos los noieses, outienses, lousamianos o sonenses que cada día cogen el coche por este vial para ir a la capital gallega. Ayer, había unanimidad total al respecto: aunque todas las voces apuntan a que son los técnicos los que tienen la última palabra, políticos, empresarios y policías consideran que esta arteria viaria es lo suficientemente segura como para que pueda limitarse a 120 por hora de cabo a rabo.
En el apartado político, el alcalde de Outes, Carlos Crespo, se mostraba rotundo: «Non teño dúbidas, debería estar a 120 dende o primeiro día». Algo parecido decía el regidor de Lousame, Santiago Freire: «Unha vez que se tomou a decisión de cambiar o límite no Salnés e no Barbanza deberíase estudar o caso da que ven cara Noia, porque entendemos que é unha vía con características semellantes e pode ofrecer seguridade malia ir a 120».
Desde Ames y Brión
Por su parte, los alcaldes de los municipios por donde discurre el vial también avalaron la idea, pero mostraron su temor a que los técnicos no respalden el cambio. El mandatario de Ames, Carlos Fernández, señaló que en cuanto se abrió la autovía lo primero que hizo fue solicitar que se aumentase la velocidad máxima permitida, pero que las razones esgrimidas entonces fueron que debido al número de enlaces del vial no era posible aumentar la velocidad. De todas formas, Fernández dice que, si técnicamente es posible señalizar el trazado a 120, la modificación debería realizarse cuanto antes.
Por su parte, el regidor de Brión, Xosé Luis García, indicó que el vial permite circular sin problemas a 120 por hora, pero también expuso en voz alta su temor. «Sempre se nos dixo que polo número de accesos isto non era posible». La postura de los regidores está clara. Habrá que ver qué dice ahora la Xunta y, sobre todo, los técnicos.