El esqueleto del futuro corredor ya se evidencia de Brión a Noia

SANTIAGO

Hay tramos en tierra, trozos que tienen una capa de asfalto y mucha actividad a lo largo de los 18,2 kilómetros de la vía

13 feb 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Cuando uno viaja desde Santiago a Noia, al llegar a Brión se lleva el gran batacazo. De conducir cómodamente por una autovía, de no sufrir para adelantar o para ir a cien por hora pasa a serpentear la obsoleta carretera autonómica AC-543; un vial plagado de curvas y salpicado de tan numerosas como transitadas travesías. Sin embargo, si quien conduce mira a la derecha, tendrá motivos de esperanza. Porque el corredor que en el futuro enlazará las tierras noiesas con Brión ya se evidencia en ese margen. En algunos sitios todavía está en tierra, en otros ya se ve el asfalto... pero la traza ya está clara a lo largo de los 18,2 kilómetros que tendrá.

Si uno se sitúa a pie de obra en la zona de Brión, se llevará la impresión de que la carretera comarcal pronto pasará a la historia. Y es que, en este tramo, el nuevo corredor ya tiene una capa de asfalto. Sin embargo, el panorama empeora conforme uno se va alejando de las tierras brionesas. Así, el asfalto desaparece y en la zona de Rois solamente se ve ya el esqueleto en tierra de la que será la futura carretera. Además, uno se topa con viaductos como el de Naveiras, que todavía está en una fase muy incipiente. Estos días, en esta zona, tanto en la de Brión como en la de Rois, se veía, sobre todo, a camiones circulando por el que será el futuro corredor. Algunos, las típicas bañeras de obra, iban cargados hasta los topes de tierra.

En dos fases

Al llegar a Martelo -todavía en el municipio de Rois-, la cosa cambia aún más. Y tiene su razón de ser. El corredor se ejecuta en dos fases, la que va de Brión a Martelo, y la que llega a Noia. La primera se empezó primero y, por tanto, es lógico que esté mucho más avanzada -de hecho, si se cumpliese el plazo de ejecución tendría que estar a punto de caramelo-. De esta forma, en tierras lousamianas todavía quedan viaductos por hacer, pasos subterráneos que adecuar... Y lo único que se asemeja a una vía es la explanada que se observa con claridad a lo largo de varios kilómetros.

A la altura de San Xusto, en Lousame, la actividad era frenética estos últimos días. Numerosos obreros trabajaban subidos a una plataforma poniendo lo que aparentaba ser un pilar de un puente. Otros operaban con una grúa y algunos más echaban hormigón. En un tramo pequeño de la carretera se contaban más de veinte profesionales. Por el acento, quedaba claro que buena parte de ellos son portugueses. «Pregunta aos do casco branco, eles saben como vai a obra», decía alguno de los operarios señalando a sus jefes.

Ya en la zona de Noia, en sitios como San Paio, la actividad también era enorme. Se están haciendo pasos subterráneos, se están explanando terrenos y el estado actual de las obras deja imágenes curiosas. Por ejemplo, hay un viaducto sobre el que pasará el corredor que ahora mismo aparece casi en medio de la nada, por lo que es difícil imaginar cómo va a ir la carretera por encima de él. Sin duda, la incógnita tendrá que ir despejándose en los próximos meses, ya que la Xunta dijo que el corredor estará operativo en el primer trimestre del 2011.

Accesos cortados

Si lo positivo de viajar haciendo una radiografía del trazado es descubrir que el esqueleto de la calzada está listo casi en toda su longitud, lo más crudo es imaginarse el calvario que deben padecer los vecinos. Y es que, a lo largo de las obras, hay carteles que informan de que esta o aquella pista están cortadas. No llegan los dedos de la mano para contar los accesos impracticables. La situación la resumía una mujer de Roo: «Estámosche acurralados, menos mal que isto é para que veña algo bo».