La banca de Olimpio Pérez y el Simeón nacieron empujados por el incipiente comercio textil

La Voz

SANTIAGO

01 nov 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

El desarrollo de la industria textil marcó la economía de Compostela durante buena parte de los últimos años del siglo XIX. Su huella no quedó solo en las construcciones, algunas de ellas transformadas en zonas residenciales desde hace más o menos tiempo, sino también en inmuebles del casco histórico que albergaron en su día a entidades bancarias ahora desaparecidas o absorbidas hace algún tiempo por bancos de mayor peso económico. Algunas de estas entidades nacieron impulsadas por la necesidad de financiación de estos negocios textiles, que llegarán a convertirse en una importante fuente de riqueza económica de la ciudad. Otros incluso fueron propiciados por los mismos empresarios del textil, que desarrollaron paralelamente ambas actividades: la textil y la financiera.

Una pisada de la historia financiera de Santiago está en la praza de Cervantes, donde Caixanova rehabilita el edificio que ocupó hasta no hace muchos años el Banco Gallego. Fue esta la última entidad bancaria que se hizo con el Banco de Olimpio Pérez, fundado en 1845 por el comerciante riojano Manuel Pérez. Durante seis generaciones de esta familia, el banco se mantuvo activo y de su paso por la capital gallega queda, en la sede de su edificio en Cervantes, una placa con los tipos de cambio de monedas extranjeras de finales del siglo XIX; todo un recuerdo de la historia de Santiago. En 1965, la Banca de Olimpio Pérez fue absorbida por el Banco de Crédito e Inversiones y en 1987 pasó a formar parte del Banco Gallego.

Banco Simeón

Si el Olimpio Pérez se convirtió en un referencia para los comerciantes, el Simeón era el del sector textil. El fundador de la saga Simeón fue García de Olalla y de la Riva, que emigró desde La Rioja a Santiago en 1845, donde asumió desde 1854 los negocios de su fallecido hermano Timoteo García. Los primeros años fueron decisivos para desarrollar su red de distribución de tejidos en Galicia y su incipiente entidad bancaria. Los primeros pasos de Simeón García estuvieron muy relacionados con su amigo Jorge de la Riva, que estuvieron asociados varios años hacia el 1875. El crecimiento del negocio textil hizo crecer a la Casa Simeón y, con ello, a su banco, con sede en Casas Reais. Al fallecer el promotor, su viuda e hijos formaron en 1889 una sociedad. Entre 1894 y 1969 su capital se multiplicó por 300. En 1984, el Banco Exterior de España se hizo con el Banco Simeón, que pasó a ser del la Caixa Geral de Depósitos de Portugal en el 95. Los almacenes Simeón desaparecen en 1986.