El colegio brionés de Pedrouzos estudiará nuevas protestas para conseguir el cambio de horario

SANTIAGO

26 may 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Dice el refranero que el que espera, desespera , pero en el caso de la comunidad educativa de Brión, que desde hace al menos dos años reclama un cambio en el horario del centro, esta desesperación se ha sustituido por el debate asambleario para estudiar nuevas medidas de protesta en caso de que su demanda no sea atendida.

Así, si el pasado día 8 renunciaban a su idea inicial de encerrarse a menos una noche para llamar la atención del nuevo Gobierno autonómico porque recibieron informaciones extraoficiales de que sus demandas iban por buen camino, ahora no descartan replantearse esta medida ante la falta de respuesta formal a su solicitud.

Eso sí, en este largo compás de espera han recibido una carta de la Xunta en la que le denegaban el cambio de horario, aunque tal misiva, según se les dijo a los padres por un cauce también extraoficial, la envió un cargo vinculado al bipartito, por lo que tal respuesta en realidad no se corresponde con el sentir de los actuales gobernantes.

Pero pese a esta alentadora información, los padres siguen esperando una respuesta a la solicitud remitida al superdelegado de A Coruña, Diego Calvo. La asociación de nais y pais Andaravía se ha dado de plazo hasta mañana jueves, jornada para la que ya han convocado una asamblea, que se celebrará a partir de las ocho de la noche.

El colectivo de padres y madres de alumnos cuenta con el apoyo de toda la comunidad educativa y también de los grupos políticos de Brión. De hecho, tanto el alcalde, Xosé Luís García, como el portavoz del Partido Popular, Carlos Tomé, se han ofrecido para mediar ante la Xunta para conseguir el cambio de horario.

La asociación de padres considera que el inicio de las clases a las 10.15 horas es demasiado tardío, ya que dificulta enormemente la conciliación familiar y laboral y provoca que los niños salgan muy tarde de clase, con el agravante de que un buen número de escolares permanecen en el centro desde muy temprano porque sus padres deben madrugar y desayunan en el colegio gracias al servicio de guardería y atención promovido por los propios padres.

La demanda del colectivo es que las clases comiencen sobre las 9.30 horas, al igual que ocurre en la mayor parte de los colegios del entorno.