Cumpleaños centenario con los niños de la escuela de Agrón

Emilio Forján

SANTIAGO

04 feb 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Quizás nunca imaginó María Poceiro Harnán, una vecina del lugar de Arufe en la parroquia amiense de Agrón, que en el día de su cien cumpleaños estaría rodeada de tantos niños, que, curiosamente, son hijos de ex alumnos de la escuela unitaria, o sea, padres y madres con quienes María mantuvo siempre una gran relación por la proximidad de su casa a la escuela, hasta el punto de que durante bastantes años, solían acudir a su casa para que les diese agua ya que no la tenían en la escuela.

Ayer, aparte de ser el día de San Blas, el municipio de Ames sumaba una nueva centenaria. «É curioso que dende que son alcalde -decía el socialista Carlos Fernández- é a segunda vez que participo nun centenario dunha veciña», sobre todo porque hablamos de un concello de más de veinte mil habitantes. En la anterior ocasión también fue muy cerca de Agrón, en laparroquia de Transmonte.

El mandatario amiense, que no quiso perderse la ocasión de felicitar personalmente a la nueva centenaria, estuvo acompañado por la edila de Mocidade, Patricia Conde Lois, natural de Agrón y antigua alumna de la escuela. Ambos entregaron a María Poceiro un cariñoso regalo. Dice Patricia que guarda un entrañable recuerdo de su centenaria vecina: «Sempre tivo un sentimento especial hacia a escola, e de feito, no Antroido solía facernos filloas e orellas a todos os nenos».

Entre el tremendo contraste de edades, de los cien de la homenajeada a los 5 o 6 de los pequeños, muy felices de soplar velas y comer dulces junto a la anciana, también estaba su único hijo, Heliodoro Lista, de 60 años y que vive con su madre. Él tampoco escondía su agradecimiento a todos los que organizaron la fiesta, en especial a la maestra María Teresa García Veiga, la misma que en septiembre de 2007 tuvo un merecido homenaje al cumplirse veinticinco años desde su llegada como docente a la escuela de Agrón. La alegría de la anciana nada más cantarle todos los niños el «cumpleaños feliz», provocó que cantase en voz baja ante la sorpresa de todos. Y hasta probó las dos tartas, como buena amiga de los dulces.