Muere a los 72 años Manuel García Baliña, presidente del grupo Finsa

SANTIAGO

Dirigía la primera empresa de Santiago, líder en el sector de la madera en España y sexta en Europa

11 feb 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

El empresario Manuel García Baliña, presidente del grupo maderero Finsa, falleció en Santiago a los 72 años a consecuencia de una grave enfermedad que le obligó a ingresar en el Hospital Clínico compostelano a mediados de semana y que acabó con su vida a las tres de la madrugada del domingo.

Lolo Cambón, como era más conocido en el ámbito familiar, social y empresarial, estaba al frente del primer grupo maderero de España desde que en 1990 falleció su padre, Manuel García Cambón, fundador de una empresa que en la actualidad cuenta con 3.100 empleados, catorce factorías (diez de ellas ubicadas en Galicia y Portugal) y una red de oficinas comerciales por todo el mundo que le reportaron en el 2007 1.243 millones de euros de facturación, convirtiéndose así en el quinto grupo empresarial de la comunidad gallega.

Licenciado en Derecho por la Universidad de Santiago, García Baliña era el cabeza visible de una sociedad también participada por su hermano Santiago y otros herederos de García Cambón que son accionistas minoritarios, y estaba casado con María Victoria Muela Pérez, con la que tuvo cinco hijos: Manuel, Vanesa, Javier, Iván y Victoria.

La noticia causó una profunda tristeza en los círculos políticos y empresariales de Compostela, ciudad en la que vivió siempre un santiagués cuyos orígenes están en Burgueiros-Trasmonte (Ames), muy cerca del aserradero de Negreira que puso en marcha su padre a principios de los años 30.

La prudencia como ideario

Allí primero, y más tarde en Pontecesures, donde abre la primera factoría de Finsa, se forjó el espíritu de una empresa que se ha convertido en líder en España en el sector de la transformación de la madera, creciendo siempre de forma sostenible y segura. La prudencia ha marcado el desarrollo de la empresa, tanto desde el punto de vista interno como a la hora de afrontar nuevos negocios. También en el ámbito familiar.

Manuel García Baliña, al igual que su padre, ha mostrado siempre una fe ciega en el futuro de Finsa, lo que se ha traducido en una apuesta permanente por la reinversión que deja como resultado una sociedad con una fuerte presencia internacional, un valor patrimonial excepcional y una enorme solidez en las diferentes ramas vinculadas al tablero y a la transformación que ha ido explorando especialmente bajo su presidencia.