Mueren quince inmigrantes, entre ellos nueve niños, en una patera localizada en Almería

Colpisa

ESPAÑA

Los 34 supervivientes, 19 varones, 13 mujeres -al menos tres de ellas en estado de gestación- y un niño, llevaban siete días sin comer y apenas sin agua. El único bebé superviviente se debate entre la vida y la muerte.

10 jul 2008 . Actualizado a las 20:32 h.

El único bebé que sobrevivió a la dantesca travesía de la zodiac encontrada frente a las costas de Almería se debate entre la vida la muerte en el hospital. Su cuerpo está plagado de quemaduras, sufre altos picos de fiebre, una fuerte deshidratación y apenas puede respirar. Junto a él, otras tres mujeres, una de ellas acaba de abortar, se encuentran en estado muy grave en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del centro médico de Torrecárdenas de la capital almeriense con quemaduras que pueden costarle la vida.

Veinticuatro horas después de ser sacados del mar, los otros 29 supervivientes (19 hombres y diez mujeres, tres de ellas embarazadas) continuaban en estado de shock, pero han empezado a narrar los escalofriantes detalles del viaje, durante el que tiraron al mar los cuerpos de 14 personas que fallecieron de sed, entre ellos nueve niños de entre doce meses y cuatro años. Otra mujer pereció al poco de ser rescatada.

Los inmigrantes, procedentes de Nigeria, Kenia, Gambia, Camerún y Senegal, partieron hace siete días de la población marroquí de Alhucemas, a medio camino entre Melilla y Ceuta, enfrente de Málaga. La travesía debía durar una par de días, apenas 120 kilómetros hasta alcanzar las playas de la Costa del Sol o del occidente granadino. Pero la barca neumática, de apenas seis metros de eslora, se vio sorprendida por el fuerte temporal, con vientos de hasta 35 nudos, que estos días ha sacudido la costa andaluza.

El viento fue desplazando la zodiac hacia el este, hasta que el único y precario motor de la barca se quedó sin gasolina y se averió. Los inmigrantes, confesaron los supervivientes, no tenían apenas comida. Todo el espacio era para los pasajeros: 48 personas hacinadas en una embarcación con una capacidad máxima para diez en situaciones normales.

Los niños, los primeros

El sol y la sed provocaron la tragedia. Los niños fueron los primeros en morir en medio del Mediterráneo. Sus cuerpos, como los de los adultos que fallecieron, fueron tirados por la borda por sus compañeros para evitar epidemias. Muchas de las madres, casi inconscientes, ni siquiera supieron que sus hijos habían muerto.

La embarcación siguió vagando sin rumbo e internándose en el mar, fuera de las rutas comerciales y con cada vez menos posibilidades de ser avistada por un barco. Los inmigrantes se preparaban para la muerte cuando el miércoles tuvieron su único golpe de suerte. Un velero deportivo, el Telefónica Negro, que realizaba entrenamientos en la zona, creyó distinguir entre las olas una zodiac sin gobierno, a 27 millas al sur de cabo Sabinal, en el poniente almeriense.

De inmediato, el velero se puso en contacto con Salvamento Marítimo, que llevaba varias horas de búsqueda infructuosa, para darle la localización precisa de la lancha neumática. En cuestión de minutos, Salvamento Marítimo interceptó la embarcación y llevó a sus inmigrantes a puerto. La mitad de ellos siquiera podían moverse tras una semana si comer y apenas beber. Fue entonces, tras los primeros sorbos de agua en varios días, cuando algunas de las madres, cuyos hijos habían fallecido, comenzaron a darse cuenta de que sus pequeños no estaban.

Salvamento Marítimo puso en marcha a primera hora de la mañana una operación de búsqueda para recuperar los catorce cuerpos arrojados al mar. Según el testimonio de los supervivientes, la mayoría de los fallecidos fueron lanzados por la borda en las cercanías del lugar donde se interceptó la zodiac, por los que las labores de rastreo comenzaron en los alrededores de Punta Sabinal. Los expertos esperaban haber peinado al final del día un área de unas 240 millas cuadradas.

Los equipos de rescate son conscientes de que es «casi imposible» encontrar los cadáveres después de tantos días. El pasado 7 de julio otros catorce subsaharianos desaparecieron frente a las costas de la localidad granadina de Motril al volcar la embarcación en la que viajaban junto a otros 23 inmigrantes y ninguno de los cuerpos logró ser recuperado, recordaron fuentes de Salvamento Marítimo.