Correo «quente e ao forno» para la Galicia del interior

OURENSE CIUDAD

01 feb 2008 . Actualizado a las 23:31 h.

Sorprendido y agradecido por haber sido descubierta su «trapallada». Así fue cómo se mostró Xesús Paz Ferreiro, después de que su hijo le avisase de que una foto colgada en la web de La Voz retrataba una obra suya. La imagen, que no deja lugar a dudas, muestra una antigua cocina reconvertida en buzón de correos y situada, como es lógico, en el exterior de la vivienda para que el cartero pueda dejar en su bandeja (la del horno) la carta.

La chapuza, enviada por la lectora Teté Otero Vizcaíno, muestra, si cabe, un mayor contraste al rodearse de un paraje de gran belleza, enclavado en las inmediaciones de la Ribeira Sacra, y contiguo a una de esos antiguos y abandonados apeaderos del tren que invitan al romanticismo. Pero, de vuelta a la realidad y ante la pregunta de qué le llevó a tomar la foto, su autora reconoce que «estaban a facer unha rota de sendeirismo cando, ao chegar a Rosende, atoparon, no mesmo camiño, este singular buzón. A verdade é que todos nos escarallamos de risa. É impresionante o que pode chegar a facer o famoso pragmatismo galego».

Lo cierto es que humor no le falta ni a la situación ni a Xesús Paz Ferreiro, quien, sin necesidad de insistir, explica el porqué de recurrir a esta solución: «Un día o carteiro díxome que tiña que poñer aquí un buzonciño, pero nós case non residimos nesta casa. Vivimos en Ourense e soamente vimos as fins de semana. Isto témolo coma un enredo, polo que case non recibimos cartas, como moito, a da luz e pouco máis. A antiga cociña tíñaa fóra para apoiar alí a máquina do sulfato. Entón, de repente ocorréuseme a idea e pensei que podía ter unha dobre función. Díxenlle ao rapaz que puxese nela o título de buzón e xa está».

Xesús reconoce que la cocina tiene años e historia porque fue la primera que tuvieron en su piso de la ciudad de As Burgas y, posteriormente, la trajeron hasta este lugar escondido del ayuntamiento de Sober, una pequeña vivienda donde también hizo su función hasta que, pasado el tiempo, no quedó más recurso que sustituirla. Eso sí, él se reafirma en que nunca pensó en deshacerse de ella. «Eu tirar nunca tiro nada, xa como obreiro sempre reciclaba».

El curioso buzón lleva bastante tiempo ?no precisa los años? enclavado en el exterior de su hogar y, en la actualidad, su sistema ya se ha convertido en algo muy sencillo para el cartero. «El vén, abre o buzón, mete a carta e vólveo pechar».

Para contemplarlo in situ, Xesús hace una demostración que se puede contemplar en un vídeo ya disponible en la web de La Voz.