La musa que cambió de aires para seguir un sueño

marina santaló O GROVE / LA VOZ

PONTEVEDRA

CEDIDA

La joven grovense estudió interpretación en Vigo, para marcharse a Madrid y crear allí su propia compañía

30 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Si alguien se está planteando tirar la toalla, solo tiene que escuchar a Iria Parada para no hacerlo. Su discurso derrocha optimismo. La actriz de O Grove tiene las cosas claras y seguirá peleando por labrarse un futuro ante los focos. «Llamar la atención es algo fundamental y yo lo intento hacer cada día a base de mi trabajo. Voy a intentarlo, no voy a parar», afirma. Preguntada sobre la dificultad para hacerse un hueco en un mundo en el que son muy pocos los que tocan el cielo con las manos, explica que la idea de rendirse ni se le asomó por la cabeza. «Es superior las ganas de intentarlo. No me veo haciendo otra cosa, soy feliz siendo actriz». Tampoco tiene motivos para no hacerlo. A sus 26 años, creó junto a la ferrolana Catuxa Leira su propia compañía, Musas Anónimas, y está inmersa en diversos proyectos. Para su satisfacción, puede decir que no para quieta.

Licenciada en Arte Dramática, se matriculó previamente (y con desgana) en pedagogía. Fueron sus padres los que la impulsaron a probar suerte y preparar las pruebas para entrar en la Escuela Superior de Arte Dramático de Galicia al mismo tiempo que selectividad. No les puede estar más agradecida. «Era muy pequeña cuando comenzaron a gustarme tanto el teatro como el cine o las series. Cada vez que me enganchaba a una serie nueva, quería ser lo que eran los protagonistas. Pronto me di cuenta que, para ser todo eso, tenía que ser actriz», comenta. La luz que despejó las dudas apareció muy pronto. Con once años, se quedó cautivada con Miguel de Lira y su interpretación en Río Bravo. A día de hoy, tiene varios videoclips, cortos y representaciones teatrales a sus espaldas. Ha hecho también sus pinitos en el cine, de la mano de La piel que habito, de Pedro Almodóvar, y Juana de Vega, vizcondesa do Arado, la miniserie de televisión que emitirá la TVG próximamente. Para esta última, estuvo grabando en verano tanto en A Coruña como en Segovia y Madrid.

Musas Anónimas

Tras mudarse a Madrid para realizar el máster de Interpretación ante la Cámara, impartido en la Central de Cine, y abrir el abanico de posibilidades, fundó la compañía Musas Anónimas con el objetivo de «moverse en las salas y en las redes». Con ella, realizó sus últimas dos giras: Xaneiro, una obra que propone una reflexión sobre la sumisión de la mujer hacia el hombre, y Opening, que analiza los roles del artista y del público y que «habla de la gente que quiere crecer». Dos papeles que le han marcado. «Cuando te toca un personaje rebelde le coges mucho cariño porque subes al escenario y te vuelves loca», afirma muy satisfecha. Pronto comenzará a ensayar la tercera obra de la compañía. A pesar de que todavía no tiene título, adelanta que vuelve a ser un espectáculo de Dani LLull y que tratará de dos hermanas. Al igual que las dos anteriores, se traducirá también al gallego. Para eso Musas Anónimas está fundada por dos gallegas con morriña. Confiesa que «me gustaría volver» y aunque «se están haciendo muy buena producciones en Galicia», afirma que va a estar donde haya trabajo.

En medio de todo este ajetreo, la formación sigue siendo para Iria una prioridad. Está asistiendo al curso de interpretación, guion y dirección impartido por Natalia Mateo, donde está escribiendo sus propios guiones. «Quiero entrenar como actriz y estar en contacto con este mundo», señala. También esta inmersa en un cortometraje de Rubén Moreno y en numerosos eventos culturales. Acostumbra a participar en actividades para niños, como cuentacuentos, y en ferias (de libros o deporte, por ejemplo) en las que se puede introducir el teatro. Nada es demasiado para una amante de lo que hace.

Aunque las obras de su compañía se escriben en Madrid, se traducen siempre al gallego