El presidente de la Diputación lamenta que se reabra el debate entre Sanxenxo y O Grove y llama a que colaboren para mejorar el enclave
22 ene 2015 . Actualizado a las 05:00 h.No ha gustado demasiado al presidente de la Diputación y presidente provincial del PP, Rafael Louzán, que dos de sus alcaldes puedan volver a la gresca sobre uno de los emblemas de las Rías Baixas: la playa de A Lanzada. Después de que la alcaldesa de Sanxenxo, Catalina González, haya vuelto a poner sobre la mesa el deslinde con O Grove que está marcado en el istmo que ocupa la plaza.
«O emblema da praia da Lanzada non pode ser obxecto de disputa», dijo Louzán ayer, al ser preguntado por el asunto tras una rueda de prensa convocada para dar cuenta de los asuntos tratados en la junta de gobierno de la institución provincial. Louzán, que dejó entrever que en la disputa administrativa subyacen «pequenas actividades económicas», como controlar la concesión de chiringuitos playeros, lamentó que una cuestión menor como esta pueda acabar afectando a la marca de A Lanzada como recurso turístico.
«Que se senten e vexan de dirimir esta situación», emplazó el presidente de la Diputación a los alcaldes de O Grove y Sanxenxo, Miguel Ángel Pérez y Catalina González, respectivamente. «Este é un aspecto moi sensible», reconoció Louzán, aunque no ocultó que habría preferido que se trabajase en otra dirección, en lugar de la confrontación entre municipios.
En este sentido, apremió a los regidores a trabajar por mejorar y mantener el enclave natural, una tarea para la que brindó la colaboración de la Diputación y emplazó a la Xunta de Galicia para que todos trabajen en la misma dirección.
Entretanto, los grupos municipales con representación en el pleno de Sanxenxo están llamados hoy a una reunión en la que se abordará llevar al próximo pleno solicitar a la Administración competente la incoación de un expediente de deslinde entre Sanxenxo y O Grove.
El 22 de marzo del 2014 la alcaldesa ya anunció su intención de reclamar el cambio de las fronteras municipales, tras una sentencia que dio la razón a los comuneros de O Grove y al Concello meco y ordenó retrotraer el expediente de clasificación del monte vecinal en el istmo, que actualmente está asignado a los comuneros de Noalla. Aunque entonces no se dictó a quién pertenece el terreno, Sanxenxo teme que la resolución judicial potencie las opciones de los comuneros de O Grove sobre los terrenos.
«Digo o que dixen xa hai case un ano: agora hai cousas máis importantes das que ocuperse», valoró ayer Louzán.