«No hay ningún control sanitario de las setas que se consumen en los locales»

Elena Larriba García
Elena larriba PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

RAMON LEIRO

Su labor en el campo de la micología le ha hecho merecedor del Premio Cidade de Pontevedra

18 ene 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Jaime Blanco Dios (Pontevedra, 1967) es ingeniero agrónomo, presidente de la Asociación Micolóxica Brincabois y representante en Galicia en la Comisión Ibérica de Hongos Amenazados. Entró en contacto con las setas en 1981 y se dedica a la investigación y divulgación de nuevas especies. Autor y coautor de ocho libros y más de 120 artículos científicos, ha descubierto 25 nuevos taxones fúngicos, 8 de ellos en Pontevedra, que llevan el nombre de esta ciudad y la han situando en el mapa científico mundial. Su relevante labor botánica, que redunda en el cuidado del monte, le ha hecho merecedor del premio Cidade de Pontevedra 2014, que el Concello le entregará el próximo martes.

-¿Su pasión por la micología es consustancial con su formación de ingeniero agrónomo?

-Para nada. Apareció cuando tenía 13 años y pasé de darle patadas a las setas, como todos en aquella época, a interesarme por ellas. Empecé como autodidacta, en contacto con asociaciones micológicas y aprendiendo en los libros. Siempre lo tuve como algo paralelo a mi carrera.

-¿Está poco investigado el mundo de las setas?

-Realmente, en Galicia, la única isla que hay en taxonomía de setas es el Laboratorio de Micología de la Universidad de Vigo. Y en temas aplicados tenemos a Hifas da Terra. En el Centro de Lourizán existe un herbario Lou-Fungi que empezaron a nutrir Marisa Castro y Luis Freire, precursores de la micología científica en Galicia, pero la investigación allí en este campo es colateral, no oficial, sin personal científico específico.

-¿Exactamente cuántas especies nuevas ha descubierto?

-Llevo 25 publicadas y trece en cartera, entre especies, variedades, formas e híbridos, que descubrí en Galicia, Castilla y León y también en Portugal, en Paredes de Coura. A mí hay dos que me parecen espectaculares, una por el aspecto y otra por la dificultad. La Astherophora salvaterrensis, que descubrí en Salvaterra, es una seta de dos o tres milímetros parásita de otra, de la que solo se habían visto antes tres ejemplares en el mundo. Y la Boletus atlanticus, que es muy bonita, la encontré en Ribeira.

-¿Las descubiertas en Pontevedra tienen especial interés para la ciencia?

-Todas tienen interés. Pero la más curiosa quizás sea la Cheymonophyllum pontevedrense, que encontramos con los niños del Colegio de Lérez en los montes de esa parroquia.

-¿Cuál es el procedimiento para saber si una seta es inédita?

-Tienes que consultar la bibliografía del género o familia, a veces también a otros expertos, y cuando lo tienes claro, describirla como nuevo descubrimiento. Hay unas normas para eso y a la comunidad científica le llega a través de su publicación en revistas especializadas nacionales e internacionales. Si se puede publicar ya con el estudio molecular, mejor. Otras veces te piden lo que describes para hacer ellos ese análisis de ADN. Realmente, lo que tu haces es una propuesta de algo que consideras diferente dentro de la variedad de una especie. Y a mí, hasta ahora, no me han tirado abajo ninguna.

-¿Pontevedra es rica en setas?

-En Galicia hay mucha variedad. Y en Pontevedra estamos un poco más limitados por los incendios del 2006, que hicieron mucho daño. Las superficies que desaparecieron se van regenerando pero aún es pronto para la producción de nuevas especies. Normalmente, hay que esperar 8 o 10 años, depende de la especie. También ayuda que haya un tratamiento selvícola del monte.

-¿Poner el nombre de una ciudad a una seta es situarla en el mapa científico mundial?

-Esa es un poco la idea. Le puedes poner el nombre que quieras con tal de que cumplas la normativa. Yo se las he dedicado a lugares y a personas. Creo que es interesante para aquellos municipios en los que sus dirigentes valoran el medio ambiente. Y hay algún concello que no me apetece nada dedicárselo porque no cuidan, precisamente, el entorno.

-Se habla mucho de especies peligrosas y mortales. ¿También las hay medicinales?

-Hay especies que ya eran utilizadas en la Medicina Oriental. Hifas es una de las líneas potentes que tiene. Aunque, como siempre en estos casos, la medicina convencional tiene sus reparos, cuestión en la que yo no entro.

-¿Ha conocido algún caso cercano de envenenamiento por setas?

-Cercano no. Lo que sí puede aparecer a veces es algún problema de alergia alimentaria en gente que resulta ser intolerante. Hay especies que son un poco más pesadas de digerir y pueden no sentar bien aunque sea comestible.

-La afición a recolectar setas es creciente. ¿Hay mucho osado?

-Sí que hay. Especialmente en la costa, la gente cree que sabe más de lo que realmente sabe. En cambio, en las zonas del interior le tienes que repetir mil veces que una especie muy fácil de reconocer y de buena calidad, es comestible. Siempre dudan. La recomendación fundamental es prudencia y en caso de duda consultar a un experto y no comerla.

-¿Existe un mercado negro?

-Sigue habiendo quien se dedica a recoger setas para venderlas fuera de la ley. El problema es que no hay ningún tipo de control sanitario de las setas que se consumen en la mayoría de los locales. Estás a expensas de que la persona que las tiene o que las coge haga bien las cosas. Es un comentario general, no va por nadie. De algunos locales yo me fiaría perfectamente de lo que ponen. Pero si pasara algo, no hay nada, no hay un papel, no hay un certificado. Cualquier producto alimentario está controlado, menos este. Menos este, si no ha pasado por el mercado y entra por la puerta de atrás.

-¿Y qué me dice de las alucinógenas?

-Si trajéramos a un experto a dar una charla sobre el tema, llenaríamos el Pazo da Cultura. Nunca nos atrevimos por la cuestión legal, no vaya a ser que te digan que haces apología del consumo de drogas. Pero hay mucha curiosidad al respecto. Normalmente las secan, las meten en botes de cristal y las mastican. En algún caso se podrían fumar. Tengo entendido que hay comercio de eso.

-Las setas tienen dueño y en eso incide la nueva normativa. ¿Están satisfechos con ella?

-Si el árbol tiene dueño, todo lo que está en la tierra también. Aquí solo un 2 % de los montes son públicos y hay ciertas zonas comunales donde realmente era un saqueo. La reglamentación era necesaria, pero está muy mal hecha y es insuficiente. Desde la Federación Galega de Micoloxía hicimos varias propuestas y las que nos aceptaron son anecdóticas. Faltan muchas cosas. Por ejemplo, los inspectores micológicos, especialistas en la materia, que certifiquen que lo que llega al consumidor está en buenas condiciones. Y hace falta un centro de investigación público de referencia, que no existe. Las asociaciones micológicas son las únicas que asesoran a la gente. En la Administración no hay ningún interlocutor.

jaime blanco Dios, ingeniero agrónomo y micólogo

«Las asociaciones micológicas son las únicas que asesoran a la gente»

«Los incendios del 2006 hicieron mucho daño y la producción aún se está recuperando»

«Hace falta un centro de investigación público de referencia»