El Tribunal Superior avala la licencia a un edificio levantado en el entorno de A Caeira

Alfredo López Penide
López Penide POIO / LA VOZ

PONTEVEDRA

La comunidad de montes argumentó que invadía terrenos públicos

16 dic 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Tras ver como por tres veces consecutivas los tribunales le daban la razón a la comunidad de montes de San Salvador en su lucha contra supuestas irregularidades urbanísticas en Poio, el Concello acaba de obtener una victoria. El TSXG, según precisó ayer el alcalde Luciano Sobral, acaba de avalar la licencia y el estudio detalle que posibilitaron la construcción de un edificio de viviendas en el entorno del poblado de O Vao de Abaixo.

En concreto, el inmueble se levantó en el polígono 16 de A Caeira por parte de la empresa Comprocaeira S.L. Los demandantes sostuvieron, entre otras cuestiones, que la construcción invadía parte de unos terrenos que consideraba que eran públicos, extremo que no compartía el gobierno municipal.

De este modo, la comunidad de montes interpuso un contencioso con la intención de que la Justicia anulase el estudio detalle y la licencia de obra, para, así, declarar la ilegalidad de los trabajos realizados.

En primera instancia, tal y como explicó el regidor municipal, los comuneros vieron como los jueces pontevedreses les daban la razón frente a los argumentos del Concello y la promotora. Sin embargo, posteriormente, el recurso definitivo interpuesto por los representantes legales del Ayuntamiento habría sido estimado por el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia.

Obra rodeada de polémica

Lo cierto es que este edificio nació envuelto en la polémica. En febrero del 2003, según anunciaron por aquel entonces la comunidad de vecinos, las obras fueron paralizadas por el propio Concello, debido a que, supuestamente, «no se presentó parte de la documentación pertinente».

Tendrían que pasar bastantes meses hasta que, ya en septiembre de ese mismo, la comisión de gobierno diese el visto bueno a los trabajos que se iban a acometer. Eso sí para conseguir el plácet municipal, la promotora tuvo que cumplir con lo que se recogía en el convenio urbanístico suscrito en su día con el Ayuntamiento.

Entre otras cuestiones, y según aquel acuerdo, Comprocaeira asumió la habilitación en el entorno de un parque infantil, así como se comprometió a construir una zona verde iluminada, además de a llevar a cabo la apertura y acondicionamiento de los viales que circundan al edificio.