La sequía y las elevadas temperaturas hacen de las aguas del embalse del Umia el caldo de cultivo ideal para el alga Microcystis. La Consellería de Medio Ambiente publicó ayer nuevos datos de la cianobacteria. Los niveles en el embalse de A Baxe siguen siendo elevados para esta época del año, pese a registrarse un descenso. Según los análisis del 13 de octubre, los últimos disponibles, en la presa hay 210.000 células de Microcystis por mililitro de agua, mientras que el valor anterior, del día 10, era de 256.000 células.
Donde sí experimenta un repunte el alga tóxica es en la captación de Segade, de la que se abastece Caldas y la única de las cuatro situadas aguas abajo del embalse que sigue en alerta 1 -la alerta 2, la máxima que establece el protocolo de seguimiento, se decreta cuando se superan las 50.000-. El balance de la web del Sistema de Información Ambiental de Galicia (SIAM) desvela que en la captación se contabilizan 20.500 células frente a las 13.500 del día 10.
El incremento de la cianobacteria en Segade fue recibido ayer con preocupación en el Concello de Caldas. Tanto el alcalde, el socialista Juan Manuel Rey, como el jefe de Obras, Rafael Blanco, desconocían por la mañana el repunte en la captación. «No tenía conocimiento de ese dato, pero está claro que eso va a ralentizar el proceso de depuración del agua porque cuanta más alga, más lavado de los filtros», subrayó el regidor.
De momento, el abastecimiento a la población sigue estando garantizado y no se prevén cambios durante el fin de semana. El escaso caudal del río Umia en la zona de la captación hace que el agua arrastre tierra, lo que sumado al alga forma una pasta espesa que obliga a realizar continuos lavados en los filtros de la estación de tratamiento de agua potable (ETAP) para evitar que se colapse. Ese proceso ralentiza la depuración y conlleva un control exhaustivo de la planta cada dos horas por parte de personal municipal. Lo que sí garantiza tanto el Ayuntamiento como la Xunta es la calidad del agua que llega a hogares y negocios, ya que las analíticas revelan que los valores de la toxina microcistina, que puede producir el alga, están por debajo de 0,5 microgramos por litro (el límite de referencia es 1).