Legado generacional

miguel garcía LA VOZ / PONTEVEDRA

PONTEVEDRA

El padre fundó la mueblería que ahora gestionan sus hijas

11 sep 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Mucha gente queda sorprendida hoy en día al entrar en la mueblería Samuel Varela del centro de la ciudad, ya que la primera imagen que se suelen encontrar es a su fundador haciendo cuentas y organizando los estantes como si fuese ayer cuando empezó todo su periplo laboral.

Samuel Varela Bugallo es muy conocido y es que 65 años en los negocios dan para hacer muchas amistades. Recién llegado de la mili, este joven criado en Folgoso comenzó a trabajar en 1946, en una innovadora empresa de decesos llamada La Preventiva, situada en la calle Fray Juan de Navarrete.

Empezó como escribiente, sin poseer ningún tipo de conocimiento sobre negocios, pero poco a poco fue creciendo dentro de la funeraria, hasta que unos años más tarde consiguió convencer a sus superiores para alquilar un nuevo local en esa misma calle por el precio de 500 pesetas. «Considero que esa decisión -apunta Samuel Varela con un toque de humor-, no ha sido del todo mala». A partir de esa adquisición, entró como accionista y poco después se hizo con la mayor parte de la empresa. Fue en este momento cuando la funeraria tomó otra dirección ya que Varela Bugallo, decidió dedicar una gran parte de la misma a mobiliario de hogar, un mercado en pleno auge.

En 1973, y después de pasar por años de apuros económicos debido a la falta de capital, consiguió adquirir el local que sigue albergando esta empresa, en la calle Joaquín Costa.

Finalizados sus estudios universitarios en Santiago, la hija pequeña de la familia, María del Mar, decidió tomar las riendas de la mueblería en el año 1988, ayudada por su hermana María Teresa, que se incorporó al negocio familiar poco después. Ese mismo año, el patriarca se jubiló, tras 42 años al frente de la empresa, dejando al mando a su hija Mar.

Una de las primeras decisiones de la pequeña de las Varela Dapena fue dejar la funeraria, de la que tenían la delegación en Pontevedra, ya que prefirió dedicarle todas sus fuerzas a la mueblería. «Aún recuerdo cómo algunas personas entraban en la tienda preguntándome por curas para un entierro años después de que nos deshiciésemos de La Preventiva», señala María del Mar.

Por su parte, María Teresa apunta que han notado un gran cambio desde sus inicios en la década de los 90 hasta hoy, tanto en la manera de tratar con la gente como en sus exigencias. La mediana de las hermanas señala que hace años la gente se fiaba mucho más de los comercios y habla también del gran cambio en los gustos y en el trato. «A veces no solo tenemos que vender muebles, sino que debemos hacer de relaciones públicas e incluso psicólogas para tratar con los clientes», afirma. «Estoy muy contenta con toda la gente que viene a nuestro comercio, no suele haber queja», subraya.

Pero como en muchos establecimientos de cualquier tipo, no es oro todo lo que reluce en el día a día, ya que se pueden topar con problemas con determinados compradores, a la hora de pagar. En este sentido comentan diversos casos de personas que adquieren y encargan muebles y «luego no aparece nunca más», relata.

Al hablar de un futuro cercano del negocio, los tres coinciden en señalar que una empresa que lleva tantos años en el negocio, debe y puede seguir amueblando los hogares de la provincia, «y de fuera de la provincia, somos internacionales», apunta Samuel Varela.

Samuel Varela Bugallo y sus hijas, María Teresa y María del Mar Varela Dapena.

El padre tiene 88 años, y sus hijas, al frente ahora del negocio familiar, 49 y 46.