«'Celda 211' lo cambió todo. Ahora hay gente pendiente de todos nuestros proyectos»

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

PONTEVEDRA

21 feb 2011 . Actualizado a las 10:19 h.

Enma Lustres tiene unos ojos claros que parecen capaces de taladrar las capas superficiales con las que se envuelve casi todo hoy en día. Quizás sea el poder de esa mirada, la capacidad de alcanzar la sustancia de las cosas, la razón que explique cómo esta grovense ha logrado, en apenas unos años, alcanzar la cima del cine español. Ella cree que la razón de su éxito es otra. Menos poética, más pegada a la realidad: «No hay secretos. Hay un componente importante de suerte y de estar en el sitio oportuno en el momento adecuado. Y trabajo. Trabajo, trabajo, trabajo».

Hagámosle caso y asumamos que fue algo de suerte, algo de oportunidad y mucho trabajo lo que hizo que una película de Vaca Films, Celda 211, se convirtiese el año pasado en un terremoto que arrasó con todos los estereotipos que pesan sobre el cine que se hace en España. Ese film carcelario sintetiza la teoría cinematográfica sobre la que se construyó la productora Vaca Films. «En el año 2003 decidimos yo y Borja Peña, que entonces era mi novio, crear la productora», narra Enma. Ambos sabían ya lo que se traían entre manos: tras su paso por la Universidad de Santiago, ella había realizado un master de producción de televisión y cine, y había trabajado un par de años en una empresa del sector. Un cortometraje rodado en O Grove sirvió de ensayo para el nacimiento de una pequeña firma que tenía muy claro qué clase de cine quería hacer.

«Hacer cine es muy caro, así que hay que hacer que las películas sean rentables. Y eso solo se consigue si las ve mucha gente», comienza a explicar Lustres. Reivindica la etiqueta del cine comercial, «porque lo comercial y la calidad no están reñidas», y explica qué es lo que hace que apueste por un guión y no por otro. «Si una historia entretiene al espectador y además le deja un poso, lo hace reflexionar, te lo has ganado. Si solo lo haces pensar, pero lo aburres, huirá. Y si lo entretienes, pero no le das nada más, lo tendrás un momento, pero luego se olvidará de tu película».

Sin descanso

Siguiendo esos criterios, el cuerpo y el alma de Vaca Films han trabajado sin descanso durante siete años. «Ha sido un tiempo de una actividad frenética», recuerda la productora. Llevaban a sus espaldas cuatro TV-movies y cuatro largometrajes cuando a sus manos llegó Celda 211. Y con ella, ocho premios Goya. «Lo cambió todo», reconoce Enma Lustres. «Fue una película que tuvo reconocimientos en todo el mundo», y eso ha abierto muchas puertas para Vaca Films. «Ahora hay mucha gente, a nivel nacional e internacional, pendiente de todos nuestros proyectos. Nos identifican con el cine de calidad, con películas importantes, de éxito, y hay mucho interés por todo lo que hacemos».

La meca del cine

Para muestra, Secuestrados, la película que están a punto de estrenar. Fue presentada en Toronto y ya se ha asegurado estar en más de cuarenta países. «Y basta que haya salido en una revista especializada una reseña de que estamos trabajando en otro proyecto para que más de 20 empresas nos hayan llamado ya». Algunas de esas llamadas llegan de lejos. De ese mundo de glamur y escándalos llamado Hollywod. La meca del cine.