Una pareja con buena química

María Conde PONTEVEDRA/LA VOZ.

PONTEVEDRA

El hijo acaba de obtener una medalla de plata en la Olimpiada Nacional de Química, materia que también enseña su padre en Secundaria

16 may 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Hace solo unos días que Hadrián Montes se trajo de Sevilla una medalla de plata que premia su destreza con la química. Es su primera Olimpiada Nacional, pero a buen seguro que no será la última. Es más, para el curso que viene tiene pensado presentarse de nuevo, incluyendo además la de Física. Este joven pontevedrés de 16 años es toda una promesa de las ciencias, como reconocen en el centro en el que estudia, el IES Sánchez Cantón. Y en ello debe tener que ver la genética, ya que su padre, Domingo, es precisamente catedrático en Física y Química.

Sin embargo, ambos se sintieron atraídos en primera instancia por las matemáticas. El padre se llegó a matricular en la Universidad de Santiago para cursar esta titulación, pero en el último momento cambió de idea y se pasó a Química. «Aquel ano cambiara o plan de estudos e en Matemáticas non había nin Física nin Química -explica- e era o que eu controlaba en COU. Ese cambio me decidiu». Aunque reconoce que para dar clase, que siempre fue su objetivo, «quizáis é mellor facer Matemáticas, me gustaría máis».

«Al principio a mí también me gustaban más las matemáticas -añade su vástago-, pero supongo que es porque aún no daba las otras asignaturas». En casa había ensayado con su padre algún experimento relacionado con la física, «hasta que el año pasado quedé segundo en la Olimpiada gallega de Química para alumnos de ESO» y comenzó su querencia por esta materia. En esa ocasión quedó empatado con el ganador, pero se tuvo en cuenta el examen de clasificación y terminó en segundo puesto.

En Sevilla, las pruebas de la Olimpiada Nacional le parecieron «al principio bastante complicadas». «Pero luego, después del examen, cuando ya pasó todo, lo vi más fácil -indica el joven-. Fallé en uno de los primeros problemas, porque me crucé».

«É un alumno que aprende cunha facilidade impresionante -recalca su progenitor-. Para o instituto creo que nunca me preguntou en casa absolutamente nada. Para a Olimpiada si, e o que faciamos era ver en Internet as probas de anos anteriores. A química tampouco é algo que haia que chapar moitísimo, tes que ter claro algunhas ecuacións e logo trátase de razoar».

Reconoce que entre sus alumnos, la mayor dificultad en esta asignatura está en la interpretación de los enunciados, «que é algo que por exemplo a Hadrián se lle da ben». Domingo también cuenta que en la actualidad los experimentos en clase están más restringidos por cuestiones de seguridad, aunque reconoce que entre los estudiantes la influencia de programas televisivos como El Hormiguero ha incrementado su interés por el mundo de la ciencia.

Ambos comparten una de las frases del profesor Manuel Casalderrey, que dio clase a Hadrián el pasado año, y que dice que «sin química no hay paraíso». «É verdade que ten unha imaxe pexorativa -señala Domingo-. Incluso cando vas tomar un viño te din este viño ten química... Química tena porque hai reaccións químicas. Pero hoxe está en todo», dice mientras señala un botellín de agua de plástico.

Lo que a Hadrián más le atrae de esta materia es que «permite conocer cosas que a lo mejor no sabías que ocurren por la química». «Además, no tienes que estar chapando mucho, a lo mejor con una fórmula acabas sacando la solución», agrega. Aunque aún duda sobre la carrera universitaria que elegirá, desde luego la Química está en la probeta que cuenta con mayores probabilidades.