Minerva boicotea la lucha contra la violencia sexista

L. P.

PONTEVEDRA

21 oct 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

La revolución informática que iba a suponer la sustitución en los juzgados del antiguo sistema Libra por el Minerva ha quedado en aguas de borrajas. Esto es, al menos, la opinión que la CIG tiene al respecto tras varios meses de funcionamiento del nuevo software.

Delmiro Durán, secretario nacional del sector Xustiza de este sindicato, subrayó ayer que se trata de un programa «moito peor que o anterior», cuyas deficiencias, al parecer, se notan, sobre todo, en el juzgado que tiene competencia a la hora de instruir los casos de violencia sexista.

En este sentido, reseñó que el «caótico» funcionamiento de este sistema obliga a que los funcionarios tengan que leer detenidamente todos y cada uno de los documentos que genera el ordenador diariamente. Y es que, cual chapucero manitas, «corta e pega de forma aleatoria varios documentos nun», por lo que «non é raro ver que o secretario do xulgado aparece en procedementos como recorrente, noutros casos no encabezamento das resolucións non aparece o nome do xulgado...».

Desaparecen datos

En otros supuestos, y siempre la denuncia pública de la CIG, en los procedimientos que se editan con Minerva desaparecen datos, como el documento de identidad de las personas inmersas en las causas, mientras que los asuntos de la jurisdicción civil «non se tramitan por carecer de documentos».

De este modo, un sistema que tenía el objetivo de agilizar la Administración de Justicia, finalmente provoca «unha sobrecarga de traballo» y un retraso que la central nacionalista considera injustificado: «Os traballadores xa non confían no mesmo -en Minerva- e teñen que revisar todos os documentos, o que, en definitiva, fai que os ordenadores se convertan en simples máquinas de escribir».

Críticas a la Xunta

Delmiro Durán alertó de que, de proseguir la situación actual, el juzgado encargado de luchar contra la violencia sobre la mujer «sumirase nun atasco moi difícil de porlle remedio».

En este punto, el dirigente sindical puso su mirada en la Consellería de Xustiza, a la que acusó de «desidia». Así, puso de manifiesto que «tanto os traballadores como o propio sindicato, en forma reiterada tanto por escrito como en conversacións e, incluso, en mesas sectoriais, lle dixemos á Dirección Xeral de Xustiza as deficiencias que se atopan no programa e a situación que está a levar o xulgado».

No en vano, recuerdan que son cuestiones que no pasaban con el sistema Libra. A la vista de esto, Durán mantiene la tesis de que Minerva tuvo que ser mal instalada en Pontevedra o, por el contrario, se trata de un programa informático que no fue pensado para juzgados tan específicos como el que dirime los malos tratos. En cualquier caso, los que viene a poner sobre el tapete esta situación, según mantienen desde la CIG, es «o pouco interés que se mostra dende a Xunta para a Administración de Xustiza e que, pouco o nada, aposta pola modernización da mesma».