González descarta la variante de Dorrón pero reclama alternativas

Nino Soto

PONTEVEDRA

26 ago 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

La actual red viaria de Sanxenxo y su entorno impide que se ponga final al binomio verano-atascos. En su día se proyectó la construcción de una circunvalación para la villa turística, pero debido a la polémica suscitada, se propuso como alternativa una ronda urbana que tampoco gustó.

La variante de Dorrón acabó tumbando a la Xunta de Fraga, y en la casa consistorial, al parecer, se aprendió la lección. A pesar del nuevo Gobierno autonómico del PP, la alcaldesa de Sanxenxo, Catalina González, recordó que los «jueces ya se han pronunciado» y que, por lo tanto, descarta definitivamente solicitarle a la Xunta la construcción de la carretera para Dorrón y liberar así el tráfico de la costa.

«El valle de Dorrón no se puede estropear para acometer una vía de alta o media capacidad», precisó la regidora. «Pero empezaremos a estudiar desde cero las alternativas que puedan darse», agregó.

De hecho, la alcaldesa popular destacó la urgente necesidad de «construir vías alternativas de tránsito a Pontevedra con la actual Xunta». En la actualidad la variante de Dorrón está dibujada sobre el Plan Xeral de Ordenación Municipal. «Hay una vía trazada en el PXOM descartada», sostuvo Catalina González.

En este sentido, la regidora municipal añadió que «a día de hoy estoy convencida de que no hay que construir esa carretera». Sin embargo, lo que hay que trazar son vías alternativas.

«Lo que sí tenemos que hacer es estudiar otras opciones con la actual Xunta. Alternativas de comunicación con O Grove y con Pontevedra».

Pero las peticiones no quedarán ahí, puesto que Catalina González reclama además conexiones con las vías intermunicipales del Ayuntamiento. «La Xunta tiene la obligación de conectar los viales de nuestro municipio con Poio, O Grove y Pontevedra», señaló la regidora.

La variante de Dorrón había llegado a contar con partidas presupuestarias entre los años 2001 y 2005, consignaciones que alcanzaron una suma de más de 15 millones de euros. El proyecto contemplaba la ejecución de una carretera de 7,3 kilómetros de longitud, dos carriles de 3,5 metros de ancho, arcenes y al menos dos viaductos de 300 metros de altura.

Luego llegó la ronda urbana, que medía 3,4 kilómetros, pero llegaba con la sombra de la especulación. La alternativa, además de aliviar el tráfico veraniego, que se padece a día de hoy por vecinos y visitantes, generaría un millón de metros cuadrados de suelo urbanizable.

La enorme bolsa de suelo estaría localizada entre la actual carretera de la costa (PO-308, de titularidad autonómica) y la nueva ronda. Incluso la Xunta de Manuel Fraga redujo ese suelo y aprobó una versión más acortada del vial. La carretera saldría del mirador de Palacios, situado a la entrada de la villa, en lugar de Areas.

La polémica se aprovechó políticamente y el PSOE local afirmó que si Touriño llegaba a la Xunta se frenaría la ronda. El PSOE alcanzó la Administración autonómica y rechazó la ronda urbana.

Ahora, y ante el cambio político en San Caetano, no se pretende recuperar el viejo proyecto, pero sí se demanda una solución a los continuos atascos que sufre la carretera de la costa. «Hay que estudiar todo el tránsito del municipio y el que llega de los ayuntamientos vecinos», insistió la alcaldesa.