Cinco vascos con alma negra

La Voz

PONTEVEDRA

The Cherry Boppers suenan como cualquier banda negra de los 60 y 70 y recuperan incluso el look.

14 may 2009 . Actualizado a las 19:48 h.

A los pelirrojos y rubiales que formaban el grupo musical de la película The Committments su mánager les insistía en eso de tener alma negra para poder tocar soul con un poquito de rigor. Pues bien, The Cherry Poppers podrían haber sido sus alumnos más aventajados, aunque más tirando al funky.

Este quinteto bilbaíno se sale de todos los actuales cánones de la música española. De hecho, suenan como cualquier banda negra de los 60 y 70 y recuperan incluso el look de las melenas de rizo. Su frescura y vitalismo arrastran, ayudadas por un repertorio a base de canciones de jazz-funk y ramalazos de acid-jazz. Música negra para no dejar de bailar, al fin y al cabo, que ellos prefieren tocar de momento de forma instrumental. «Lo de buscar cantante siempre lo hemos tenido en mente -han asegurado recientemente- y quien sabe, puede que en un futuro no muy lejano hagamos cosas con voz».

Play it again!, el título de su segundo disco después de su debut con Dressin' the puppet, les va como anillo al dedo, porque si algo destaca de ellos la crítica es que no hay quien se canse de escuchar sus temas. Black Lolita, con el que han lanzado este trabajo, es un buen ejemplo. Quien pensase que el funk estaba fuera de onda tiene todo un argumento en contra con The Cherry Poppets.

«En nuestro estilo de música -señalan- lo comercial es un factor que no cuenta lo más mínimo. Se trata de hacer música de verdad, funk de verdad... Para nosotros funk es fiesta y comunión con el público, es un estilo vibrante un delta donde desemboca el jazz y se encuentra con el soul y el blues. Es decir, nos parece ese momento en el que la musicalidad como protagonista se mezcla con el baile y se convierte en algo accesible y universal».

En la producción de este segundo trabajo han contado con los músicos Fernando Pardo (Sex Museum) y el ex Negu Gorriak Kaki Arkarazo y en él ha colaborado también el guitarrista Javier Vargas. A diferencia con Dressin' the puppet, que eran todo versiones y solo una canción propia, en Play it again! es justamente al revés. «Un cambio a mejor», dicen ellos. Y que dure.