Cuatro chalés entorpecen el estreno del cementerio municipal de Dorrón

Nino Soto

PONTEVEDRA

17 feb 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Fue inaugurado, e incluso en una sesión plenaria reciente se dio el visto bueno a su reglamento. Pero la realidad es que la construcción de unas viviendas unifamiliares en los aledaños del cementerio de Dorrón impide el uso del camposanto, puesto que las casas están en el perímetro de la denominada zona de protección.

Una de las normas sanitarias de los cementerios en el marco de la la regulación de la policía sanitaria mortuoria de 1998 establece que «en torno al suelo destinado a la construcción de un nuevo cementerio se establece como zona de protección una franja de 50 metros de anchura totalmente libre de todo tipo de construcción medida a partir del cierre exterior del cementerio».

Por ese motivo, la Consellería de Sanidade no puede tramitar la autorización de apertura del cementerio «o non cumprir» el artículo 47 del decreto que todavía está en vigor.

Licencia legal

La situación del recién construido camposanto fue revelada ayer por el grupo socialista local, desde donde se precisó que la concesión de la licencia urbanística en agosto de 2007 a Ferro Messego para edificar cuatro chalés impide al departamento autonómico que dirige María José Rubio a otorgar la licencia de apertura.

«Una vez más nos encontramos con la incapacidad de la gestión de la alcaldesa, Catalina González», afirmó ayer la líder del PSOE de Sanxenxo, Dulcinea Aguín. «Cada infraestructura que proyecta tiene problemas», agregó.

De hecho, algunos de los chalés que se están ejecutando están a menos de 50 metros del cierre del cementerio. Aguín apuntó que en el pleno de agosto cuando se concedió la licencia a la promotora para construir los cuatro chalés se preguntó si las viviendas cumplían con la regulación de la franja de protección.

«Nos contestaron que las edificaciones respetaban la normativa», subrayó la concejala socialista. Para Dulcinea Aguín, es evidente la incapacidad de gestión de la regidora municipal y su equipo de gobierno, como se comprobó también en el plan de infraestructuras para O Revel, en Vilalonga. «¿A quién le echará la culpa esta vez la alcaldesa?», se preguntó la portavoz de la oposición. «¿Qué película les contará a los vecinos de Dorrón? Suponemos que alguna parecida a la que le contó a los vecinos de Vilalonga».