«Estamos apostando por plantar castaño, roble americano y del país, cerezo y pino de Oregón»

PONTEVEDRA

18 nov 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

La de Marcón es una de las comunidades de montes más activas en el municipio de Pontevedra. Su presidente José Cuñarro explica que llevan años apostando por la revalorización del monte y que los planes tanto de Medio Rural como del concello están resultando cruciales.

-¿Cuánta superficie forestal gestiona la comunidad de montes de Marcón?

-Unas 450 hectáreas. Hasta hace relativamente poco tiempo eran sobre 300. Pero se ha hecho una recalificación y se clasificaron como monte comunal otras 150 que eran de las que se conoce como «monte bajo».

-¿ Y cuánta de esa superficie resultó afectada por los incendios del verano del 2006?

-Aproximadamente el 80%. Teníamos el monte muy bien, limpio, con varios planes en marcha para su revalorización, teníamos una plantación importante de pinos certificados por la Unión Europea, 19.000 castaños de más 15 años... Incluso había la posibilidad, tratada con la Xunta, de crear una cooperativa para explotar el fruto de los castaños. Todo eso se perdió y ahora estamos empezando de nuevo. -¿En qué trabajan ahora? -Primero, en limpiar toda la zona que resultó afectada. Hemos vendido la madera quemada, y logramos ingresar ya unos 110.000 euros. Y ahora estamos apostando de nuevo por los castaños, por el roble americano y el roble del país, por el cerezo y por el pino de Oregón para sustituir al eucalipto. -Siempre aparece el eucalipto como culpable de muchas cosas. -Es que es una especie invasiva, que resulta dañina porque genera mucho residuo, porque impide el crecimiento de otras. Además, la madera de eucalipto nos la pagan a 16 euros la tonelada, mientras que el roble americano, por ejemplo, cotiza a 1.200 euros el metro cúbico y el cerezo todavía más, unos 3.000 euros el metro cúbico. -Hablaba de pino de Oregón. ¿Cómo es? -Es una especie muy bonita, parecido al típico abeto de Navidad. Hicimos ya una plantación importante, y esperamos que nos la respete la gente, porque siempre hay desaprensivos que siguen decorando sus casas con árboles que van a buscar al monte. -¿Cómo están participando en el plan Monte Vivo, que promueve el Concello de Pontevedra? -Estamos muy ilusionados. Tanto con la colaboración del Concello como con los planes que tenemos en marcha con la colaboración de la Consellería de Medio Rural. Y es que cualquier ayuda es buena. Nosotros ya teníamos en marcha numerosos proyectos, ideas que con los incendios hubo que replantear y volver a poner en marcha, así que la colaboración financiera es fundamental. -Además de la repoblación, ¿en qué otras cuestiones están trabajando? -Nuestra obsesión es revalorizar el monte, poner en valor el patrimonio natural y obtener una rentabilidad al esfuerzo. Además de lo que comentaba antes, estamos trabajando en la recuperación de las pistas forestales. Y es que la superficie de la Comunidad de Montes de Marcón tiene mucha pendiente. Hay lugares como A Fracha que está 541 metros por encima del nivel del mar, y al estar el monte sin arbolado, la pendiente llega a meter miedo, por eso es importante tener las pistas en perfecto estado, para evitar incidentes desagradables y que la gente pueda venir a disfrutar del monte.