Pesca busca un acuerdo con las cofradías sobre el marisqueo a flote

Marcos Gago Otero
Marcos Gago MARÍN

PONTEVEDRA

El departamento autonómico debe decidir la solución antes del próximo enero

12 dic 2005 . Actualizado a las 06:00 h.

Pesca sostuvo ayer que está analizando las peticiones de planes de explotación del marisqueo a flote en la ría de Pontevedra, como forma de poner fin al enfrentamiento entre las cofradías. La Consellería buscará «puntos de acuerdo» entre los cabildos que permitan regular sin polémicas esta actividad en la zona comprendida entre punta Lapamán y Os Praceres. El conflicto se abrió hace unas semanas cuando las cofradías de Marín y Sanxenxo se desligaron del plan de explotación conjunto con Bueu y Portonovo sobre el marisqueo a flote. Los dos pósitos salientes decidieron unirse al plan conjunto con Pontevedra, Raxó y Lourizán, ya que las cofradías del fondo de la ría estaban dispuestas a dar su visto bueno a que Pesca concediese doce licencias para esta actividad a sendos botes de bajura de Marín -ahora ninguno de estos barcos tiene ese permes-. Desde este último pósito se apuntó que Bueu se había negado a apoyar la solicitud de estas doce autorizaciones. El problema se encuentra en que los buenenses, alegando derechos históricos, consideran que, a partir del 1 de enero -fecha de entrada en vigor del nuevo calendario pesquero gallego- sus barcos podrán seguir faenando entre Lapamán y Os Praceres, mientras que los marinenses creen que los barcos de Bueu no podrán hacerlo, y sí los del fondo de la ría, ya que su cofradía ha cambiado de socios en esta actividad para el 2006. Pesca aclaró que este tipo de conflictos son habituales en las rías gallegas, pero que la Administración autonómica intentará mediar entre los pósitos para lograr un consenso. Una portavoz de la Consellería precisó que, en caso de que estos «puntos de acuerdo» no se produzcan, entonces Pesca, en base a las competencias sobre la materia, «dictaminará un único plan para las zonas en conflicto». Esta última medida es la que tiene más posibilidades de producirse, ya que las posiciones defendidas desde Bueu y Marín son abiertamente contradictorias y además hay doce licencias en juego.