Carta abierta a Rosendo Fernández

José Manuel Rubín SIETE DÍAS, SIETE VOCES

OURENSE

27 ene 2015 . Actualizado a las 02:01 h.

Ya han deshojado, estimado portavoz del PP en el Concello de Ourense, la margarita de tu sucesor. Contaba La Voz, bebiendo en fuentes compostelanas, que «el conselleiro de Educación será el candidato del PP a la alcaldía de Ourense». Los entrenadores Feijoo y Baltar te mandan al banquillo y le enseñan a la afición el número uno de Jesús Vázquez. Quieren convertirlo en el político de mejor currículo (cabeza de lista en generales, autonómicas y municipales) de tu partido. Creen que con la rotación (por seguir con el símil futbolístico) lograrán darle la vuelta al exiguo marcador que exhiben las encuestas. Bien sabes que el error vive en mí y seguro que vuelvo a equivocarme pero me parece que tu recambio poco arregla. O nada. ¡Os veo a los dos tan iguales! ¡Y no me refiero a la estatura! Ni a la calidad de excelentes personas que atesoráis. Ni a la circunstancia anecdótica de haber nacido ambos allende As Burgas. Ni a vuestro currículum universitario de doctores (él en Ciencias Económicas y tú en Medicina). Ni al hecho, en fin, de que ninguno hayáis expresado vuestra ilusión por ser candidato a la alcaldía. Me refiero a vuestro idéntico espíritu de servicio (mejor sería decir sumisión) al PP. Ambos interpretáis como nadie (o como todos, que ya no lo sé) esa servicial frase de «haré lo que diga el partido». Cuando la capital (después de los nefastos 27 meses del actual regidor del PSOE), necesita líderes ilusionados e ilusionantes, capaces de transmitir bríos renovados a la ciudadanía, el PP oferta candidatos sumisos a la dirección. Ante un perfil tan similar, sin aditamentos significativos en el ámbito electoral y de gancho para los posibles votantes en el candidato elegido, me parece una injusticia tu defenestración decidida por el dedo de Feijoo, con el asentimiento dócil de Baltar, y no por los miles de militantes que presumís tener en la capital. ¡Qué tiempos aquellos en los que las cosas ocurrían al revés aun tratándose de los mismos apellidos! El de Ourense (¿te acuerdas?) mandaba y el de Santiago acataba. Ahora pasa a la inversa y tú fuiste la pieza a cobrar. Durante cuatro años, en los peores momentos de la legislatura, hiciste frente a la banda que gobernó a capital desde el 2011, recibiste puyazos y colocaste estocadas, no regateaste un segundo al servicio del Concello, te fajaste en todo lugar y condición y, ya ves, ¡directo al banquillo! O, lo que aún sería peor (y que no debes descartar), a un puesto de la futura lista con la promesa de seguir de vicepresidente profesional (es decir, pagado) de la Diputación. Si en lugar de esta posible relegación en la candidatura, se ejecutase tu sustitución, ya sé que no te faltarán canonjías. Ya sé que Feijoo (véase el caso de Poly Nóvoa al que imagino frotándose las manos ante la perspectiva de volver al Concello para explicarle a Jesús Vázquez de qué va eso del ayuntamiento) no deja tirados a los fieles intérpretes del amén. Ya sé que te evitará el uso del fonendo en A Merca pero, estimado Rosendo, la futura prebenda no repara la actual injusticia. Injusticia que realizan tus jefes del PP al no valorar tu notable contribución al trabajo hecho en el Concello de Ourense. Contribuiste (bien es verdad que casi en solitario dado el escaso nivel de la mayoría de tus compañeros conservadores) a poner en el escaparate de la desvergüenza a unos políticos que habían llegado al municipalismo a lomos de la decencia y se van ahora cabalgando la desfachatez de la ruptura, la división y la primacía de los intereses propios sobre los colectivos.