«Otros fueron más breves que yo en la alcaldía de Ourense»

PEPE SEOANE OURENSE / LA VOZ

FIRMAS

Miguel Villar

En la corporación local de 1987 a 1991 fue el tercer regidor del mandato

05 nov 2013 . Actualizado a las 16:06 h.

A José Luis Mondelo García (Ourense, 1946) le faltaron 447 votos en las elecciones municipales de 1991. Cuatro años antes, como número tres de una candidatura de Independientes de Galicia, había accedido a una corporación municipal en la que él y sus dos compañeros de lista

compartían escaños con populares, centristas y socialistas. Tres alcaldes dejó aquella etapa: el popular Jorge Bermello, que dimitió con una inusitada rapidez, tras comprobar las grietas internas y al no conseguir aprobar un presupuesto; el socialista Manuel Veiga Pombo, que gobernó la mayor parte del mandato, y José Luis Mondelo, que fue el regidor local entre septiembre de 1990 y junio de 1991. «Otros fueron más breves que yo», dice, con sentido del humor. Le fallaron los cálculos en 1991 y también en 1995, cuando, prácticamente alejado de cualquier actividad política, aceptó encabezar la lista de Coalición Galega, igual que cuatro años antes había hecho con otra bandera de conveniencia, la del Partido Galeguista. Entonces lo habían llamado cuando él, siendo alcalde, tras un desencuentro con José Luis Baltar, dejó caer que estaba empezando a cansarse de la política y que igual se iba.

«Conseguí hacer la lista y recibió más ánimo y apoyo del que esperaba. Sabía que necesitaba 2.100 votos para seguir en el Concello en el año 1991, pero no pasamos de 1.654 votos, por lo que la aventura quedó en nada», recuerda ahora el abogado José Luis Mondelo, que, en su etapa de alcalde, no alteró la rutina de tomar los finos que entonces compartía con sus amigos en el desaparecido Alaska, de la misma forma que ahora juega su partida de chinchón en el Liceo por la tardes. O exprime las tertulias ante una copa de vino.

Vivió con filosofía las amenazas del empresario poderoso que pretendía tarifa plana cuando los teléfonos móviles aún eran un sueño. Aceptaba, o no, los informes internos. Y tomó decisiones como la de ordenar el cierre de una fábrica de jabones y grasas en Eiroás, cuya actividad resultaba especialmente molesta para los vecinos de un radio muy amplio, aunque, para su sorpresa, aquello no se tradujo en votos.

Decepcionado por una situación que veía como «ideología cero», a Mondelo le tocó ser alcalde apoyado por la derecha y el centro, cuando se confiesa más próximo a la izquierda por lazos familiares.

Un día decidió dejar sin responsabilidades de gobierno a uno de sus concejales de más peso y, a la vista de la reacción de los demás miembros de la comisión de gobierno -«estás loco», fue lo primero que le dijeron- los amenazó a todos con el mismo camino. Dispuesto a gobernar por decreto.

En lo profesional, su vida son los juzgados. Cinco años como procurador. Desde 1980, abogado. Fue presidente de Cruz Roja desde el 2003 hasta diciembre del 2006. «A las ocho y media de la mañana estoy en el despacho. Empiezas a trabajar por la mañana y aprovechas el día».