¿Samaín, Halloween o magosto?

Eduardo Olano

OURENSE

13 nov 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Desde hace unos años suenan en noviembre nombres casi desconocidos y ahora puestos de moda por venir de donde vienen. Por favor, que no nos embauquen. Lo nuestro, lo auténtico, lo que heredamos del mundo celta son fiestas y rituales con sus nombres de siempre felizmente conservados. El Samaín, fiesta celta que, como la mayoría, estaba relacionada con el ciclo de la naturaleza, se celebraba el 1 de noviembre. En ella se asaban castañas que se comían con la satisfacción añadida de que por cada castaña degustada se salvaba a un ánima de sufrir el purgatorio. Y esa fiesta, en Galicia, siempre se llamó magosto y si ahora se celebra el 11 de noviembre y no el día 1 se debe exclusivamente a que en 1582 el Papa Gregorio XIII decidió la reforma del calendario que supuso que el 1 de noviembre pasó a ser el día 11 del mismo mes en el actual calendario. Y el ritual de los cabazos ahuecados e iluminados en su interior que lucen en la noche del 31 de octubre no deja de ser algo muy gallego que yo recuerdo desde mi infancia y que rememora la ceremonia celta en la que se exponían las cabezas cortadas a sus enemigos con el fin de ahuyentar a los espíritus del mal. Cambiar las cabezas de los enemigos por las calabazas ha supuesto una evolución positiva muy de agradecer, pero darle a esa noche el nombre de Halloween me parece una cursilada innecesaria.