La situación es la peor del año y ha sido necesario recurrir al Ejército
16 oct 2011 . Actualizado a las 06:00 h.Las cifras no pueden ser más desalentadoras. Cada día del mes de octubre en la provincia de Ourense han ardido unas 200 hectáreas de monte. Las altas temperaturas, impropias del mes de octubre, la extrema sequedad del suelo por la falta de lluvias y, como no, el incremento de la actividad incendiaria están provocando consecuencias ambientales gravísimas.
Tanto es así que en solo quince días la superficie arrasada superaría ya las tres mil hectáreas, si se toma en cuenta que según cálculos de los servicios de extinción solo el incendio registrado en las últimas jornadas en los municipios de Chandrexa y Manzaneda ha calcinado mil quinientas.
Y aunque los datos sobre superficie afectada varían según la fuente, lo cierto es que Medio Rural ha contabilizado desde que comenzó el mes cerca de medio centenar de incendios. Se trata siempre de fuegos que superan las veinte hectáreas calcinadas por lo que a ellos habría que sumar otros muchos que, aunque de menores dimensiones, también han requerido la presencia de los servicios de extinción.
Tan preocupante ha sido la situación, en una época en la que se reduce el personal para esta tarea, que ha sido necesario requerir la presencia de refuerzos por parte de los medios del Estado. Esta semana se han desplegado en la provincia de Ourense, procedentes de la de Pontevedra, doscientos efectivos de la Unidad Militar de Emergencias que están trabajando en todos aquellos fuegos en los que la Xunta requiere su presencia.
Precisamente, los militares trabajaron durante días junto con los efectivos de extinción de la Xunta de Galicia en dos fuegos declarados en la localidad de Viana do Bolo, que terminaron por calcinar 286 hectáreas de monte, gran parte de ellas arboladas.
También fueron graves las consecuencias, sobre todo en lo personal, del incendio que durante varios días asoló los montes de Monterrei. Un piloto que participaba con su avión en las labores de extinción se estrelló y murió. El fuego, que no se extinguió hasta varios días después, terminó calcinando 250 hectáreas.
Sin detenidos
Eso sí, pese a que se sospecha que la mayoría de los fuegos han sido provocados, en las últimas semanas no se han efectuado arrestos de sospechosos. La vigilancia en los montes para evitar que los pirómanos lo incendien parece todavía una tarea pendiente por parte de las autoridades, vistos los resultados devastadores que está teniendo la actual oleada de incendios. Todo apunta, además, a que la situación aún podría empeorar si no llueve.