La cita gastronómica en el pabellón se amplía este año al servirse el embutido en cinco restaurantes
22 ene 2011 . Actualizado a las 06:00 h.La festa do botelo de O Barco toca su techo histórico de asistencia hoy, en la que es su undécima edición. Un millar de personas se darán cita este mediodía en el pabellón de Calabagueiros para degustar el embutido típico de la localidad servido con repollo y patatas.
Será una multitudinaria comida que comenzará el filo de las dos de la tarde, y para la que hace tres días que no quedan entradas. Los que ya las tienen son las delegaciones de cuarenta personas procedentes de Monforte y Sarria que han confirmado su asistencia. Se trata de los dos concellos que forman con O Barco el grupo Galicia Interior dentro del Eixo Atlántico para la puesta en marcha de proyectos comunes.
Pero eso no significa que los que opten por acercarse a la capital valdeorresa se queden sin comer botelo. La alternativa está en cinco restaurantes de la localidad, que servirán el mismo menú que comerán los que vayan al pabellón. Se trata de Casa Galaica, Fernando III, Asador de Viloira, Alcobilla y Pazo do Castro. En todos ellos el botelo se podrá comer tanto hoy como mañana. Además, en los 29 locales de hostelería participantes en la I Ruta de pinchos se servirán bocados elaborados con el embutido como protagonista.
Homenaje a las cocineras
Como cada año, la cita comenzará con el pregón y el homenaje a las cocineras. La periodista barquense Diana Rodríguez ha sido elegida para conducir el acto que se celebrará a partir de las 12.30 horas en el salón de actos del IES Martaguisela. La reportera de televisión Marisa Fernández Ortiz será la encargada de leer el pregón, justo antes de que se desarrolle la mención de honor a María Carmen Blanco García y María Teresa de Dios Fernández, cocineras del restaurante San Mauro, la primera entre 1977 y 1980 y la segunda entre 1980 y 2002.
Este año el cartel es obra de la artista local Patere, que compuso una imagen de un cocinero sirviendo un plato de botelo. A sus pies, un gato mira la comida con devoción. Con su realización Patere consigue cumplir «un deseo que tenía desde hace muchos años, porque ya había hecho carteles para las otras fiestas, como O Cristo y Santa Rita; me faltaba esta», dice.
«El cartel era una idea que tenía desde hace muchos años en mente y, por fin, lo he hecho»
Patere