Marconi tiene su museo en A Rúa

Susana Prieto O BARCO/LA VOZ.

OURENSE

Un electricista jubilado tiene una colección de 500 aparatos radiofónicos que datan de 1930 hasta la actualidad que él mismo restaura para que vuelvan a funcionar

28 nov 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

A Rúa guarda un museo privado de más de 500 radios antiguas de todo el mundo que pertenecen a dos coleccionistas, Julio Merino e Ignacio Rodríguez, dos vecinos de la localidad que en los últimos años decidieron compartir su afición por el universo de la radio. Las compran a particulares, muchas de ellas a través de Internet. Se trata de auténticos «tesoros» de infinidad de marcas, tamaños y diseños, que datan de 1930 en adelante y que merece la pena contemplar.

Pero lo más insólito es que casi todas ellas funcionan. Ignacio Rodríguez, electricista jubilado de Iberdrola, tiene su propio taller para dedicarse en cuerpo y alma a su pasión y hobbie, el arreglo de las «tripas» eléctricas de los aparatos radiofónicos, una tarea de chinos que exige mucha precisión, paciencia e, incluso, arte. Compra piezas para repararlas pero si ya no existen, las fabrica con sus propias manos, desde los mandos de los diales (que reproduce con exactitud a los originales mediante resinas), hasta las lámparas, válvulas y circuitos. «Algunas piezas las siguen fabricando pero son carísimas. Una simple lámpara puede costar 75 euros, pero si las hay la compro y si no, las hago», cuenta.

Ignacio Rodríguez, de 64 años, podría ser apodado como el «Marconi de Valdeorras» porque si una radio no funciona «la hago funcionar. Siempre me gustó mucho la electricidad y la electrónica y, de hecho, siempre hice pequeños inventos», dice satisfecho. La restauración nunca se acaba porque «estamos ampliando la colección continuamente», añade.

Rodríguez explica que «esto es mi pasión. Los aparatos radiofónicos evolucionaron mucho. Para mí, la más bonita es la que no tiene FM. Y mi favorita es una Philips 636».

Cuenta que la primera vez que se vio la televisión en A Rúa fue el 31 de diciembre de 1963, de tal forma que hasta entonces la radio ocupaba la vida de las gentes. «Sin ella non se podía vivir», expone.

En este museo privado de A Rúa además de los 500 aparatos, hay un gramófono del siglo XIX, gramolas y tocadiscos de cilindro muy antiguos, que Ignacio Rodríguez también ha «resucitado».