La lluvia dio una tregua a los ríos

La Voz

TABOADELA

En la jornada de ayer solamente el Támega inundaba una zona recreativa en Rabal, Oímbra

03 ene 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Las aguas de los ríos parecen volver a su cauce, poco a poco, después de las lluvias registradas en la provincia durante esta semana. A pesar de ello, todavía bajan caudalosos. En una jornada como la del sábado, en la que apenas llovió, en Ourense, la zona de las piscinas de Oira podía verse mejor que el día 30, es decir, el nivel del río Miño bajó dejando a la vista el bordillo de los vasos y el espacio verde alrededor. La presa estaba vertiendo, a media tarde, 700 metros cúbicos por segundo, una cantidad que no es de las más importantes, según confirmaban operarios de dicha presa, que esperaban para reactivar una turbina a las seis de la tarde. Durante los pasados días sí vertió esta presa más de mil metros cúbicos por segundo.

«A auga ven toda do Sil», señalaba un trabajador. Se cumple el dicho popular de que el Sil lleva el agua y el Miño la fama. En el otro extremo de la provincia, en Valdeorras, la presa de Pumares, en el municipio de Carballeda, estaba vertiendo entre 450 y 500 metros cúbicos por segundo, cantidades que reflejan cierta normalidad. La presa de Santoalla, en O Bolo, encajonada en una garganta del Xares, no vierte de momento pero no se descarta que si sigue lloviendo pueda hacerlo en los próximos días.

El embalse de Cachamuíña, próximo a la capital está lleno pero ayer el nivel había descendido algo en relación con el día anterior. La presa situada en O Pereiro, más pequeña que las anteriormente mencionadas, estaba vertiendo para evitar el colapso del pantano.

Ayer el punto de atención era Rabal, en Oímbra, pero no saltaron las alarmas. Allí el Támega seguía cubriendo la zona del área recreativa, bancos, mesas y el campo de fútbol. No causó daños importantes pues tanto el alcalde como los vecinos dicen que es algo normal cada invierno, que se inunde esa zona de arboleda junto al cauce.

En A Derrasa el río ya no cubría ayer un pequeño puente de piedra y en el municipio de Taboadela las aguas de su río también volvieron a su cauce poco a poco.