La CIG denuncia al Concello de Ribadavia por incumplir la ley de riesgos laborales

C. Paradela

OURENSE

08 oct 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Las condiciones laborales de los alumnos del obradoiro de empleo Abóbriga de Ribadavia, 26 repartidos en tres módulos de jardinería, albañilería y carpintería, llegó ayer hasta la inspección de trabajo por medio de una denuncia presentada por la CIG ante lo que considera «lamentable situación» en la que están los trabajadores citados al violarse, dice la fuerza sindical, «a normativa vixente» que constituye además «incumprimentos en materia de prevención de riscos laborais, que poñen en perigo a integridade física dos traballadores, polo que son constitutivos de faltas reguladas e tipificadas expresamente na Lei sobre Infraccións e sancións na orde social».

Anxo Pérez Carballo, técnico de Seguridade e Saúde Laboral de la CIG, insiste en que en el obradoiro, «non se está a respectar a lexislación vixente en materia de prevención de riscos laborais e se obvian moitas medidas básicas de protección da saúde». Justifica sus acusaciones al señalar que los equipos de protección individual para los alumnos no existen o son de baja calidad, al no proteger sus extremidades, que no disponen de botas de seguridad anticorte, aunque trabajan con motosierras y desbrozadoras y que tampoco disponen de cascos que protejan del ruido cuando se utilizan las máquinas.

La CIG enumera además entre otras deficiencias, que no disponen «de medios de extinción de incendios» por lo que quedarían expuestos «ante un hipotético lume e, aínda que este fora pequeno, non se poderían facer unhas primeiras curas xa que os botiquíns dos que se dispón están incompletos e lle falta o máis básico para realizar tarefas de primeiros auxilios».

Pérez Carballo denuncia además que los alumnos del obradoiro han hecho trabajos «sen ningún tipo de sinalización e non dispoñen de roupa de alta visibilidade co que están expostos continuamente a accidentes cando fan traballos en vías públicas».

Una serie de acusaciones que se desmienten con rotundidad desde el Concello ribadaviense, a través del edil de Servicios, Ignacio Gómez, que señala: «El Concello puede cometer fallos como todos, pero es un ejemplo en cuanto al trato a los trabajadores, que es excelente y se esmera en cumplir las normas de seguridad». Añade además que «querría ver yo si todos los obradoiros de la provincia cumplen las normas como las cumplimos nosotros».