La pobreza y la exclusión se traducen en cifras que suelen tapar los porqués de las situaciones que reflejan. Por eso, el sexto Informe Foessa, que ayer se presentó en Ourense, profundiza en qué es lo que ha llevado, por ejemplo, a que España cuente con una tasa media de pobreza del 19,8% o que Galicia sitúe sus cifras en el 20,9%. Todavía hablando de números, el caso ourensano es el más preocupante dentro del contexto gallego, con una tasa media de pobreza del 26,48%, relativamente cerca del 22,44% de Lugo pero bastante lejos del 19,42% de Pontevedra o el 19,56% de A Coruña. Además, en Ourense, según los datos del Instituto Nacional de Estadística, 85.000 personas viven próximas al umbral de pobreza.
El informe, que basa sus conclusiones en estudios realizados durante los últimos catorce años, mantiene que el crecimiento económico de los noventa hubiera debido repercutir en el desarrollo social y en la reducción de las desigualdades.
Pero eso no ocurrió. El motivo es que no se aprovechó la situación de crecimiento para desarrollar políticas sociales y de protección adecuadas.
El objetivo último del informe es que las administraciones y agentes implicados en el desarrollo tomen nota y no caigan otra vez en el mismo error.