E s de esas noticias que no quieres leer. Que al leerlas piensas que es mentira. Y te frotas los ojos para borrarla, pero la noticia sigue ahí, y el Códice, no. La realidad supera a la ficción. Siempre. La realidad encima esta vez nos hunde en la decepción. ¿Cómo pudo pasar? Tres personas tenían la llave de la cámara acorazada. El deán y dos asistentes. Uno de ellos recuerda comprobar que allí estaba el jueves o el viernes. Y el martes fue cuando ya no estaba. Las casas de subasta dicen que esta joya literaria y medieval tendría un valor de salida en una venta legal de unos cinco millones de euros, aunque calculan que llegaría fácil a diez millones. Un robo por encargo podría tener un precio pactado incluso más alto. No es el único patrimonio gallego que está expuesto a manos ajenas. La Voz informa de robos de arte, una y otra vez. Pero el Códice duele. Duele mucho. Es la novela del Camino de Santiago. Es el hilo en palabras de la ruta, más viva que nunca, a Compostela. Es el ADN del cordón umbilical de Europa, de la espina dorsal que une Compostela y Galicia con Europa y el mundo. Han robado un símbolo europeo. Han fundido el iluminado campo de estrellas. Es el rapto de Europa.