El poeta chileno Nicanor Parra, Premio Cervantes 2011

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Es poeta y académico, además de matemático y físico, y está considerado uno de los grandes «antisistema» del universo poético.

01 dic 2011 . Actualizado a las 21:30 h.

Nicanor Parra, nonagenario antipoeta, físico y matemático, profesor y pintor, fabricante de artefactos poéticos y estéticos, miembro con Vicente Huidobro y Pablo Neruda del trío áureo de la poesía chilena y hermano de la cantante Violeta Parra, ha dado a su país el tercer premio Cervantes de su historia. Parra se adjudicó hoy por mayoría el premio mayor de las letras hispanas, galardón dotado con 125.000 euros y que estuvo bastante reñido. Fueron necesarias ocho votaciones para que el jurado se inclinara por Parra y su vital antipoesía, sencilla, sarcástica, enemiga de la afección y apegada a la realidad.

Las sucesivas deliberaciones dejaron en la cuneta al nicaragüense Sergio Ramírez y al español José Manuel Caballero Bonald, eterno candidato como el poeta chileno, al máximo reconocimiento literario en español le volvía a ser esquivo.

Se cumplía así una vez más la ley no escrita que hace que cada año desde hace casi cuatro décadas el Cervantes se alterne entre una y otra orilla del Atlántico. Parra toma el testigo de Ana María Matute, ganadora de la pasada edición, y deja el marcador bastante equilibrado. Desde su creación en 1976 el Cervantes ha premiado a 37 autores, de los que 18 son americanos y 19 españoles. Entre ellos, solo tres mujeres: María Zambrano, Dulce María Loynaz, y Ana María Matute.

La ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde comunicó el fallo y reconoció que no había podido hablar con el ganador, avecindado en una remota playa chilena y alejado por voluntad propia del bullicio urbano y los cenáculos literarios. Un Nicanor Parra que no atendió al teléfono y que, cercano a un siglo de vida, deberá hacer un notable esfuerzo para cruzar el charco y acudir a recoger el premio el próximo 23 de abril en la universidad de Alcalá de Henares, donde cada año los reyes entregan el premio en una solemne ceremonia.

Antisolemne

Sencilla, nada rebuscada, apegada a la realidad y la vida, la antipoética poesía de Nicanor Parra rompe la solemnidad de Neruda y el cerrado universo creacionista de Huidobro. Muy influyente, situada hace tiempo en la cima de la poética hispana, la poesía de Nicanor Parra recibió en el 2000 el premio Reina Sofía, el más alto galardón poético en nuestro idioma.

Nacido en San Fabián de Alico en 1914, miembro de una modestas familia de creadores -hijo del músico y profesor Nicanor y de la tejedora camtante y campesina Rosa Clara, hermano de los poetas Roberto y Eduardo y de la cantante Violeta, fallecida en 1967-, Nicanor Parra Sandoval ha protagoizado una de las más singulares e influyentes trayectorias poéticas del mundo hispano en el siglo XX.

Poeta temprano, cuentista y ensayista, se licenció en Ciencias Exactas y Físicas por la Universidad de Chile, tras probar en derecho, ingeniería e inglés. Sin dejar nunca de escribir, ha desarrollado una intensa carrera docente y como técnico en Estados Unidos y Chile. Tra estudiar en Estados Unido Física y Mecánica Avanzada, en 1948 fue nombrado director interino de la Escuela de Ingeniería chilena.

Publicó su primer poemario en 1937, Cancionero sin nombre, inspirado lejanamente en el Cancionero gitano de Lorca. Se sacó luego de la chistera los «artefactos», unos poemas capaces de remover conciencias y cimiento de la antipoesía, denominada así por él mismo Parra y que supone la introducción del lenguaje cotidiano en la poética más tradicional. Una veta irónica, sarcástica y anti heroica de la que ofrece la muestra más poderosa en 'Poemas y antipoemas' (1954).

Autor de poemarios como 'Versos de salón (1962), 'Manuifiesto'(1963), 'Canciones rusas' (1967),'Artefactos' (1972) y 'Hojas de Parra', los dos volúmenes de 'Obras completas & algo +' aparecidos en 2006 y 2011 fueron los más vendió en un país que reconoció en Nicanor Parra a uno de sus grandes poetas. En España lso ha publicado Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores.

Crítico

«Durante medio siglo / la poesía fue / el paraíso del tonto solemne.

/ Hasta que vine yo / y me instalé con mi montaña rusa. / Suban, si les parece. / Claro que yo no respondo si bajan / echando sangre por boca y narices.» escribió el propio Parra sobre su poesía en 'Versos de salón'.

Para Olvido García Valdés, miembro del jurado que premió a Parra, lo más destacable de la poesía de Parra «es su carácter innovador, de un potencia que no se conocía en la lengua española desde de Rubén Darío».

También «su afán de llevar a la poesía a todos». Para el también poeta y jurado José María Micó, el gran valor de Parra es ser «un gran maestro sin escuela» que a lo largo de una trayectoria que se mantiene viva da prueba de «su gran independencia creativa».

Es la de Nicanor Parra una voz tan crítica como respetada y querida en su país. También artista plástico y activo poeta visual junto a Joan Brossa, fue capaz de epatar con una instalación como El pago de Chile en la que representó ahorcados a todos los presidentes de la república andina, o de afrontar con 92 años cumplidos una huelga de hambre en apoyo de los indígenas mapuches. Muy reconocido, en 1969 recibió el Premio Nacional de Literatura de Chile por Obra gruesa, galardón que volvería a recibir doce años después y al que sumaría premios internacionales como el Juan Rulfo.

Miembro de la Academia Chilena de la Lengua e integrado en la Fundación Gabriela Mistral, reiterado candidato al Nobel de Literatura desde hace una década, la poesía de Parra está traducida a todos los grandes idiomas.

La academia y científica Margarita Salas, designada por la Real Academia Española, fue la primera presidenta del jurado, en la historia del premio Cervantes. Celebró la bioquímica Salas que otro científico como Parra fuera distinguido con el premio mayor del idioma español. Destacó el aprecio «universal» de una obra poética «muy estudiada y objeto de numerosas tesis doctorales». Explicó Salas como con la deliberación en marcha se valoró «abiertamente» la conveniencia de «respetar» la norma no escrita que hace que el premio se alterne cada año entre América y España.

La ministra Ángeles González-Sinde se felicitaba porque se premiara «en vida» a un gran poeta como Parra, destacando como a su juicio «la vocación de escribir poesía es más exigente que en otros géneros». Valoró Sinde la dedicación de Parra a «crear e investigar en nuevo lenguajes» y la conexión «entre el lenguaje poético yel matemático o el físico».

Junto a Margarita Salas estuvieron en el jurado Gerardo Piña-Rosales, por la Academia Norteamericana de la Lengua Española; José María Micó, por la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas; Olvido García Valdés, por el Instituto Cervantes; Rosa Regás, por el ministerio de Cultura; Francisco Giménez Alemán, por la Federación de Asociaciones de Periodistas de España; Marta Rojas, por la Federación Latinoamericana de Periodistas y Ruth Viviana Fine, por la Asociación Internacional de Hispanistas.

Actuó como secretario con voz y sin voto el director general de Libro, Archivos y Bibliotecas, Rogelio Blanco, y como secretaria de actas la subdirectora general de Promoción del Libro, la Lectura y las Letras Españolas, Mónica Fernández.