Vargas Llosa pide a la RAE que escuche «el habla de la calle»

fabio agrana PANAMÁ / EFE

CULTURA

Comienza en Panamá el congreso de las 22 academias de la lengua española

23 nov 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Los miembros de las diferentes academias de la lengua española, que tradicionalmente han llevado a cabo sus reuniones a puerta cerrada, comenzaron ayer en Panamá su 14.º congreso con una filosofía de apertura, permitiendo por vez primera vez la presentación de ponencias en charlas abiertas al público.

El Congreso de la Asociación de Academias de la Lengua Española (Asale), integrada por 22 corporaciones, fue inaugurado por la primera dama panameña, Marta Linares de Martinelli, y el director de la Real Academia Española, José Manuel Blecua, que también preside esa organización. Blecua expresó en su discurso que este congreso se va a concentrar en «revisar las líneas de trabajo para el 2012, en cuanto a las publicaciones, actualización científica y programas de innovación». Las academias también están en la dirección de «adecuarse al movimiento tecnológico», sobre todo la creación de un banco de datos y «modelos ágiles de comunicación», resaltó.

Congreso de cara al público

Hasta ahora, estos congresos se celebraban a puerta cerrada, explicó el secretario general de la Asale, Humberto López Morales, quien indicó que por iniciativa de las autoridades panameñas, a las ponencias podrán asistir estudiantes y profesores universitarios, una costumbre que espera que se instituya a partir de ahora.

«Debemos sentirnos orgullosos y reconocer que es un gran privilegio pertenecer al mundo de la lengua española», señaló el escritor hispanoperuano Mario Vargas Llosa, miembro de la RAE y premio Nobel de Literatura 2010, en el acto de inauguración del congreso.

Vargas Llosa destacó la labor de las academias de la lengua española en preservar y cuidar la integridad de la lengua española, y evitar que se «barbarice y se empobrezca». El autor de Conversación en la catedral abogó porque las academias y los hablantes mantengan viva la lengua «y en sintonía permanente con el habla de la calle, que es donde las lenguas se reforman y se adaptan a los tiempos que cambian».

Puertas y ventanas abiertas

Agregó que al mismo tiempo que esta labor tiene lugar, hay que mantener a la lengua española «dentro de los términos de unos coeficientes mínimos de elegancia, de belleza y de cierto respeto a las formas tradicionales». «Esa es una función importantísima para que la lengua siga en el futuro siendo lo que es», señaló. Asimismo, el escritor expresó que también es bueno que las academias de la lengua española tengan abiertas «sus puertas y ventanas, enriqueciéndose constantemente con ese flujo de innovación que es la lengua de la calle».

«Y es importante que no cierre las puertas y las ventanas a los jóvenes vanguardistas y futuristas, demostrándoles que la modernidad y la tradición no están reñidas, que la modernidad y la tradición pueden ser el anverso y el reverso de una misma moneda y de una idéntica importancia cultural», subrayó.

«En la calle, las lenguas se reforman y se adaptan a los tiempos que cambian»

Mario Vargas Llosa