Amaral: «Cada día que pasa nos sentimos más frescos»

PACHO RODRÍGUEZ

SANTIAGO

Los zaragozanos lanzarán el martes su nuevo disco, «Hacia lo salvaje», en el que se autoproducen para despachar 12 temas donde se muestran guitarreros e intensos.

23 sep 2011 . Actualizado a las 10:58 h.

Hacia lo salvaje, esa es la cuestión: nuevo disco, compañía propia, doce canciones, significativos cambios profesionales, formación recientemente estrenada con gran presencia de Sexy Sadie?, y lo que sea, pero el comienzo de esta entrevista lo capitaliza el desayuno pendiente de Juan Aguirre. Y su bicicleta, que no se pierda. Porque si algo son los buenos de Amaral es gente normal. Empieza así un peregrinaje por las terrazas de la plaza del Dos de Mayo de Madrid, en pleno corazón del remozado barrio de Malasaña, para encontrar un lugar en el que poder tomar un zumo de naranja y demás. La cosa acaba en ración de boquerones en vinagre, con sendas caña y agua que, respectivamente, Eva Amaral y su compañero de grupo degustan mientras hablan de estas nuevas aventuras al margen de las multinacionales, y en donde parecen estar dispuestos a disfrutar y sufrir con total intensidad el proceso de ser músico. Esto es, componer, grabar, tocar y exponerse al criterio del público con toda su crudeza.

Juan llega en bicicleta a la cita, y en la búsqueda de un lugar que luego no existe (solo era un zumo de naranja?), hay que ir a rescatar su bici, encadenada en otra esquina de la plaza. Eva Amaral, en cambio, aparenta una serenidad que da envidia. Observa todo lo que le rodea con una sonrisa serena, guapa en una mañana de verano extra, a mediados de septiembre, en la capital de España.

Buscar un garito de mañana en donde estar cómodos, atar la bici, recordar que no han desayunado, y cosas así, cotidianas, son más Amaral que una entrevista en las asépticas oficinas de algunas multis, en donde la única gracia son los discos de oro, ya inalcanzables, y una quimera de un negocio derrumbado hace tiempo. Pero eso no va con el dúo zaragozano. Porque, entre otras cosas, son de los que convierten en oro musical cada acorde que tocan y nota que entonan. Y el éxito no se les sube a la cabeza. Por ejemplo, siguen empadronados en la capital maña, como prueba de la fidelidad a sus colores, mientras han firmado los éxitos más importantes del pop reciente (y decente) que se ha hecho en España. De hecho, en su tierra firmarán cinco noches consecutivas con todo vendido. Como ocurrirá en noviembre en sus visitas a Galicia, en donde, en Narón, con otro llenazo ya confirmado, ampliarán una noche más.

Así, amables y educados, Eva Amaral y Juan Aguirre, juntos Amaral, caminan Hacia lo salvaje (Discos Antártida), que, por cierto, es en lo que se transforman cuando las luces se encienden y comienzan esos conciertos suyos en los que son atletas de la sensibilidad. Este regreso eminentemente guitarrero, y con un sonido más grueso, como principales nuevas señas de identidad, cuenta en la producción con la sabiduría y buen gusto del coruñés Juan de Dios, inseparable compañero de viaje musical de Xoel López, y llamado a ser uno de los productores más cotizados del próximo pop.

-Como artistas consagrados, ¿uno se acuerda de dónde viene musicalmente?

-[Juan Aguirre] Cuando nosotros éramos pequeños ponían música de grupos de folk inglés míticos, como Pentangle o la Incredible String Band. Nos gustaba ese folk más céltico. Quizás ahí se cuela algo melódico de la melancolía de esa música y que de alguna manera está presente en lo que hacemos.

-¿Queda algo en el 2011 de esas primeras huellas?

-[J. A.] Totalmente. Lo que pasa es que hemos aprendido y viajado mucho, pero la filosofía está intacta.

-[Eva Amaral] También ocurre que el tiempo ha pasado volando. Hemos vivido muy rápido todo ese proceso. El disco duro tiene que ir borrando para aprender cosas nuevas, pero hay una base que no se olvida. Cada día que pasa nos sentimos más frescos, y puede deberse a que nunca hemos perdido el contacto con las pequeñas salas, ese directo cercano que nos gusta en el que miras a los ojos de la gente.

-Para alguien como ustedes, capaces de ver más allá de su propia carrera, ¿cómo fue lo de subirse a la vorágine del éxito masivo, los superventas, los estadios llenos?

-[J. A.] Realmente, siempre hemos estado al margen de la industria del disco. Vivíamos en nuestra burbuja. Vendíamos discos a cascoporro y llenábamos, pero no nos ha interesado el negocio tal y como se entiende. Nuestro concepto de éxito no tenía nada que ver con eso.

-¿Y cuál es el concepto de éxito de Amaral?

-[J. A.] Ir a nuestra bola y hacer lo que queremos, tener libertad y control de lo que hacemos. Nunca pensamos llegar tan alto y eso hay que aceptarlo con naturalidad. Además, no es solo cosa nuestra, sino de la gente que nos ha seguido y a la que estamos muy agradecidos.

-¿Dónde situarían a Amaral en el universo rock?

-[E. A.] Nosotros escuchamos mucha música. Nunca hemos querido ser clónicos de nadie. Y por eso las influencias están ahí, pero a la hora de hacer canciones, hemos querido tener nuestro propio lenguaje.

-Ya en este 2011, ¿en dónde se detectan las novedades de «Hacia lo salvaje»? ¿En el hecho de autoproducirse, lanzarse con su compañía Discos Antártida o hay algo más?

-[E. A.] Ya en el anterior disco, la tendencia era que queríamos sonar más parecidos a nuestro directo. Hemos intentado recrudecer nuestro sonido. Pero esta idea viene de atrás y se nota en que no hay arreglos como en discos anteriores.

-¿Ha aportado mucho la presencia de Juan de Dios, como productor de «Hacia lo salvaje»?

-[E. A.] Juan de Dios ha sido una gran idea. Lo ve desde fuera y tiene una mente que lo ordena todo. Nosotros somos un poco caóticos.

-[J. A.] Respecto a si hemos cambiado mucho, la idea del sello viene del 2006. En el 2007, ya lo formamos y aunque no teníamos nombre del sello ya hicimos así los dos siguientes discos. Antártida, más que un sello, es nuestra bandera. La verdad es que ha llamado la atención, pero pienso que es algo secundario, porque las canciones van siempre por delante de las cuestiones económicas y comerciales.

-¿Ustedes se han quedado satisfechos de este disco?

-[J. A.] Hay una cosa que es la eterna insatisfacción cuando grabas un disco...

-[E. A.] Claro, pero hay que parar en algún momento, porque las canciones crecen cada noche y estaríamos añadiendo y quitando todo el tiempo.

-[J. A.] Además, cuando vas tocándolas en directo con los músicos surgen muchas cosas. Porque somos como una pequeña familia y todo el mundo aporta. Y nosotros con la música somos superimpulsivos e irracionales.

-¿Y qué música de otros les emociona en la actualidad?

-[J. A.] A mí me ha gustado mucho el disco de Nacho Humbert, que además me lo recomendó Eva.

-[E. A.] A mí me lo recomendó un amigo. Además, están muy bien esas letras minimalistas que tiene.

-[J. A.] También me interesa un mallorquín que se llama Marcel Cranc. Lo escuché por primera vez en Radio 3.

-[E. A.] Y Eladio y Los Seres Queridos también nos gusta mucho a los dos. En mi caso, estoy teniendo una regresión hacia el soul y jazz bastante fuerte?