El arte toma la calle en Lalín

Rocío Perez Ramos
Rocío Ramos LALÍN / LA VOZ

CULTURA

Ocho propuestas buscan dignificar espacios olvidados

03 sep 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Ocho propuestas de arte contemporáneo y un pueblo: Lalín. Un disparo de advertencia es el título del proyecto promovido y coordinado por Ángel Calvo Ulloa y que persigue convertir, por dos días, ocho espacios olvidados de la villa en arte. La salida se dio a las ocho de la tarde. A esa hora, los artistas fueron ocupando los lugares asignados e iniciando su obra con la ayuda y asistencia de estudiantes de Bellas Artes y artistas noveles. El fin es dignificar espacios olvidados que el crecimiento de la villa ha dejado abandonados. Álvaro Negro instaló en el bajo vacío de unas galerías un vídeo descontextualizado de dos minutos y medio de una joven música en un intermedio de un concierto en el que parte de la orquesta toca y parte no. La idea es, contaba Negro, sugerir con la imagen de un retrato de corte clásico.

Mientras, en la pared de una casa en ruinas, Jorge Perianes tejía un peinado de flores y un falso balcón en los restos de la ventana. Miren Doiz pintaba de colores una escenografía underground en un bajo que fue sede de conciertos, y la organización colocaba, en ausencia del artista, la obra de Alain Urrutia, un mural con la imagen de una joven en la entrada del antiguo cine de Lalín, hoy cerrado. En el parque da Vila, Misha Bies Golas empezaba a convertir en arte, con una placa y unos focos, un viejo bloque de hormigón del que nadie recuerda ya su uso y bautizado como Dispositivo. Iniciativas a las que se añaden las grecas doradas en una casa del paseo do Naranxo de Carlos Maciá y un vestido de alfombra roja, obra de Amaya González Reyes, en un callejón olvidado. Hoy, Carlos Quintá realizará la performance que queda -música y vídeo en otro callejón- y las actividades continuarán con charlas y mesas redondas.