La Galicia taurina de Hemingway

Beatriz caballero REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

Las reediciones de su obra recuerdan la estancia del autor en A Coruña

15 ago 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

El reciente cincuenta aniversario de su muerte ha recordado la imagen del Hemingway de los últimos años y no al joven y aventurero de 22 años, que estuvo en Galicia. Con motivo de la efeméride, el sello Debolsillo recupera ahora en un paquete sus tres grandes obras de literatura taurina: Fiesta (1926), Muerte en la tarde (1932) y Verano peligroso, publicado póstumamente en 1985. La recopilación, titulada Muerte en tres actos, recoge una serie de novelas-reportaje en las que plasma su fascinación por el mundo de los toros.

En Fiesta, Hemingway describe las corridas con el pulso del corresponsal de guerra que transmite una realidad hasta entonces desconocida para él. Muerte en la tarde recoge algunos relatos vividos en la plaza de A Coruña, donde hace una descripción técnica y minuciosa de una corrida vista desde los ojos de un profano. En esta obra define la tauromaquia como arte y la compara a obras de artistas como Picasso y Velázquez.

También en esta novela cuenta impresionado cómo una dama coruñesa gritaba y se emocionaba durante la corrida, pero sin hacer el mínimo esfuerzo por levantarse de su asiento. El novelista admite en el libro que Galicia no es el mejor escenario para los toros: «Ahora las corridas de toros están fuera de lugar en Galicia y en la mayor parte de Cataluña. Galicia está en la orilla del mar y como es un país pobre, donde los hombres emigran o van al mar, la muerte no es un misterio que se busca o en el que se medita, sino más bien un peligro diario que hay que evitar». De la ría de Arousa, que visitó en la misma época, lo sedujo la lucha entre pescador y presa. Amante empedernido de la lucha entre la vida y la muerte, lo describió como «un trabajo de hombres, en ocasiones asqueante, capaz de retorcer los tendones de los brazos».

La tercera novela taurina, Verano peligroso, surge de un encargo de la revista Life para que Hemingway retransmitiera el duelo entre dos grandes toreros y amigos suyos: Antonio Ordóñez y Dominguín. Fue en 1959, cuando el escritor acudió por última vez a España. Su deterioro físico se empezaba a notar a causa de una vida llena de guerras, viajes, alcohol, tabaco y accidentes de todo tipo. Dos años después, en julio de 1961, pondría fin a su vida y a su literatura.