Alberto Guitián se burla de los cánones estéticos en «El circo Lorza»

EFE

CULTURA

El artista reclama una mayor presencia del tebeo como producto cultural, una «normalización» que alcance a «todo tipo de cómics».

16 mar 2011 . Actualizado a las 14:01 h.

Pasen y vean a los acróbatas más rollizos, a las amazonas más rechonchas, a los domadores más orondos... Todos caben (apiñados) en «El circo Lorza», un cómic de Alberto Guitián que se burla de los cánones estéticos.

«Sin gordos no habría libro. En general, las disciplinas de circo requieren una gran destreza y forma física, así que me pregunté: '¿qué pasaría si todos los artistas de un circo fueran fondones?'», explica el dibujante gallego en una entrevista con Efe.

Partiendo de una base humorística, el libro brinda un singular homenaje a la estética circense: «Es un divertimento, un paseo por un mundo que ya se ha perdido un poco, una galería de artistas esperpénticos pero que en el fondo caen bien», resume Guitián.

«Conozco a bastante gente del mundo del clown, el nuevo circo o las marionetas. Además, en los últimos años he hecho bastante gráfica para este tipo de espectáculos, así que me resulta bastante familiar. Por otro lado, el circo no me atraía particularmente cuando era crío», confiesa.

Los dibujos del cómic nacieron en 2009, de forma muy espontánea: «Esbocé diez o 12 personajes casi del tirón. Se los enseñé a mi pareja y a algunos amigos y les parecieron muy divertidos, así que me animaron a desarrollar la idea y hacer un pequeño libro con todos ellos», recuerda el autor.

Las ilustraciones van acompañadas por pequeñas píldoras de texto, palabras que completan el sentir de la ilustración. «Al hacer los bocetos de las diferentes situaciones, acompañé cada dibujo con una frase breve y muy irónica. La carga cómica del libro se apoya en la relación entre textos y dibujos», confirma Guitián.

«Cuando hago humor, sigo la máxima 'menos es más': si puedo decirlo con tres palabras no uso seis. Creo que a veces el exceso de texto puede volver banal lo que estás contando», asegura el responsable de «El circo Lorza» (Dibbuks/Ilarión).

El autor se ha decantado por un dibujo de aire «retro», alejándose de sus obras más conocidas. «En mi época de Bellas Artes dibujaba tebeos de un personaje llamado 'Nicandro', con un 'look' muy similar al circo Lorza, así que en realidad es un estilo de dibujo 'rescatado'», señala.

«En los últimos años he producido bastante material con ese estilo 'Petaco', con rastros del cómic 'underground', la revista MAD o la escuela Bruguera. Pero trabajar de vez en cuando en proyectos personales oxigena bastante», concede Guitián, un habitual en las páginas de la revista satírica «El Jueves».

«El humor de actualidad es bastante exigente, porque los plazos son muy apretados y hay temas o noticias que a veces no dan mucho de sí. Tienes que saber llevar las cosas a tu terreno y, a la vez, ser eficaz», expone.

El artista reclama una mayor presencia del tebeo como producto cultural, una «normalización» que alcance a «todo tipo de cómics».

«En el mercado francobelga hay una gran tradición de cómic infantil y juvenil. Los padres compran cómics a sus hijos de forma habitual y estos niños, a su vez, siguen leyendo cómics cuando se hacen adultos. La cosa en España debería ir por ahí», asevera.