«Pere(t)c» explora el rastro del gran escritor francés

Luís Pousa Rodríguez
LUÍS POUSA REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

El volumen ha sido editado por la Fundación Luis Seoane

11 mar 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Georges Perec, el escritor que un día plantó en manos de los lectores La vida, instrucciones de uso, el autor que intentó agotar los lugares parisinos, que combinó hasta la extenuación los cruces de palabras, personajes y situaciones, regresa ahora al papel en Pere(t)c. Tentativa de inventario, el catálogo de la exposición que le dedicó la Fundación Luis Seoane de A Coruña y que, más allá del contenido de la propia muestra, ha crecido hasta formar un exhaustivo volumen en el que se recopilan ensayos y documentación sobre el autor de Las cosas.

El director de la Fundación Luis Seoane y comisario de la exposición Pere(t)c, Alberto Ruiz de Samaniego, se encargó ayer de presentar el volumen en un acto en la sede de la fundación. Samaniego recordó el texto de Serge Faucherau en el que se relata «uno de los últimos viajes conocidos de Perec, precisamente a su país de origen, Polonia» y subrayó que el vacío de esa primera memoria de su niñez marca su biografía y su literatura: «El punto de partida es la ausencia más radical, el olvido de la vida sin la más mínima posibilidad de huellas y trazas». Quizás por ese motivo, explicó el director de la fundación, «Perec se empeña en cubrir ese vacío a través del oficio de escritor, como el tatuador Mc Guinnis de El gabinete de un aficionado acaba por cubrir su cuerpo con todo tipo de signaturas».

Samaniego también subrayó la instalación de su escritura «en la brecha, en lo fragmentario o discontinuo», anticipándose a la tendencia posterior de la literatura contemporánea.

Tras las presentación del volumen, se proyectó la película Un hombre que duerme, basada en un libro de Perec y codirigida por el propio autor. Ruiz de Samaniego comparó a su protagonista con Bartleby, el copista de Melville que un buen día renunció a su trabajo: «El joven de Perec queda liberado de la letra antigua con la que se escribe el mundo».