Un balneario castreño en Bergantiños

cristina Viu carballo / la voz

CULTURA

09 mar 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

El castro de Borneiro fue descubierto en 1924 gracias, según dicen, al poema de Eduardo Pondal sobre el dolmen de Dombate. Allí describía una ruta que pasaba a unos 500 metros de la iglesia parroquial de Borneiro.

La debieron de seguir el ilustre geólogo laxense Isidro Parga Pondal y el catedrático de Historia Ciriaco Pérez Bustamante.

Con el tiempo saldrían a la luz 29 construcciones que forman la croa. Todas ellas se encuentran en muy buen estado de conservación gracias a los trabajos de consolidación que se realizaron a partir de los años ochenta.

La historia del castro de Borneiro es la de un recinto que nunca ha sufrido de abandono. Quizá para compensar estos cuidados, el conjunto ha desvelado recientemente su condición de balneario. En las excavaciones que se realizaron en el 2007 en el barrio de extramuros se encontraron los restos de una instalación termal, un descubrimiento que ha incrementado el interés por este yacimiento. Aunque también se han encontrado este tipo de construcciones en otros recintos castreños, la de Cabana es de mayores dimensiones y apunta a un uso plural de la sauna.

Las excavaciones en el castro comenzaron en la década de los treinta, apenas una docena de años después de su descubrimiento. Después profundizaron en los setenta y tuvieron su mejor época en los ochenta, cuando Ana Romero Masiá y su equipo sacaron a la luz todas las construcciones de la croa.

A partir de entonces se han sucedido las mejoras, como la recuperación del acceso original, a través del barrio de extramuros, que amplió el yacimiento.