La noticia del premio cogió a este autor boirense con la salud algo tocada. Pero a pesar de la indisposición no podía Brais Rodríguez ocultar su satisfacción: «¡Esto es un orgullo y una alegría tremenda!», exclama desde su reclusión en su casa en A Coruña.
-¿Qué supone para un autor un premio como este?
-Además de la satisfacción personal, desde el punto de vista del trabajo, del día a día, es una motivación muy fuerte para seguir en el cómic.
-En la lectura del fallo, el presidente del jurado, Miguelanxo Prado, enmarcó su estilo en la nueva historieta europea.
-Tiene su lógica. Tengo muchas referencias, y desde luego entre ellas está el cómic francés de los últimos años. Pero también el español, por ejemplo.
-¿Por qué presentó un trabajo en blanco y negro?
-Realmente suelo trabajar en blanco y negro. Pero es que, además, no me daba tiempo a mucho más porque se me acababa el plazo de presentación. Por otro lado, fue concebido así desde el principio... Aunque puede que le quedase bien el color...
-Comenzó su carrera en fanzines. ¿Faltan editoriales en Galicia?
-Las hay, y están apostando fuerte por el talento de aquí. Otra cosa es que no hayan apostado hasta ahora por la obra de gente como yo a la hora de publicar. Me fui moviendo siempre entre historias cortas, y eso tiene más cabida en fanzines, revistas y cosas así. Pero una vez que te pones con la historia larga, ya la intentas mover más, la mandas a concursos...
-Pero lo de los fanzines ¿puede restar profesionalidad al sector?
-No creo. Mira los casos de Emma Ríos o de David Rubín. Empezaron publicando como yo, y siguen haciéndolo en el Barsowia, por ejemplo. Pero, al mismo tiempo, una está trabajando para Marvel, y el otro con proyectos que se editan en Europa. A menudo obedece a una mera cuestión personal, porque en los fanzines tienes más libertad creativa.
-Ha citado a dos autores gallegos que han dado el salto a mercados internacionales, y no son los únicos. ¿Qué está pasando con el cómic en Galicia?
-Realmente, antes ya había gente haciendo cosas magníficas. Mira Miguelanxo Prado o Víctor Rivas. Pero sí que es cierto que de cinco años hasta ahora ha ido apareciendo mucha gente y de mucha calidad. Aunque creo que todavía hay que esperar para que todo esto tome forma.
-¿De qué depende?, ¿de apoyos institucionales?
-Hombre, eso siempre está bien. Pero en realidad son los autores los que deben moverse. De todos modos, claro que hay diferencia entre llegar a casa tras una jornada laboral y ponerte a dibujar que disponer de todo el día para ello.
-Estudió Belas Artes en la Universidade de Vigo. De allí han salido ya unos cuantos autores.
-Es que allí coincidí con gente de Barsowia y de esta generación de la que hablábamos. Estuve con Diego Blanco, Alberto Vázquez... Fue una casualidad que todos coincidiéramos en el mismo curso, y de ahí salió una relación muy buena. Creo que esta coincidencia es algo que me influyó definitivamente para que apostase por hacer cómics.