Celso Bugallo: «En la vida, además de decidir, lo que cuenta son las oportunidades»

Pacho Rodríguez

CULTURA

El actor que deslumbró en «Mar adentro» o «Los lunes al sol» regresa con un personaje terminal con el que, de nuevo, dicta magisterio

08 oct 2010 . Actualizado a las 12:12 h.

A Celso Bugallo (Vilalonga, Sanxenxo, 1947) y a Fernando León los une el cine pero también un nombre: Amador. Así se llamaba el personaje que el actor gallego interpretaba en Los lunes al Sol, y así se llama este otro que da título a la película que a partir de hoy se podrá ver en los cines en uno de los estrenos más esperados de la temporada. Bugallo combina experiencia, porque la tiene toda, con la expectación de un actor no quemado, que presenta un currículo de apetecible ciclo cinematográfico de alta intensidad. Además de las dos citadas, en los últimos diez años se le ha visto en Mar adentro, Para que no me olvides, La vida que te espera, Salvador? y así hasta una veintena de grandes filmes en lo que constituye el esprint de una carrera en la que salió como actor revelación y ahora está en la meta de los consagrados.

En Amador, Celso Bugallo aporta la eficacia interpretativa que ha demostrado en todos sus trabajos. Interpreta a un personaje terminal en una trama que circula en torno a las decisiones de la vida, aquellas que a veces son tan opcionales como obligatorias. Ese Celso Bugallo, espléndido, que no se mueve en la película, remueve sentimientos que están ahí al lado de cualquiera.

?«Amador», la película, se mueve en torno a las decisiones de la vida. Esto, en la vida real, ¿cómo se come?

?Las decisiones, en las necesidades de la vida y sus problemas, son las que definen. La película va sobre esas cosas. Y de que, en la vida, además de decidir, lo que cuenta son las oportunidades y condiciones.

?¿Le resultó complicado componer un personaje que no se mueve de la cama?

?Ya desde el guión vi un trabajo duro pero muy bonito. Un trabajo tremendamente de fondo. Además, Fernando siempre busca un equilibrio, algo delicado. En ese proceso siempre hay un esfuerzo, algo necesario para conseguir un buen resultado.

?Su personaje y la Marcela de Magaly Solier (a la que vimos en «La teta asustada») llegan de lugares diferentes y caminan hacia sitios distintos. ¿Qué es lo que cree que los une?

?Ambos están en una situación distinta, pero desde el punto de vista humano pueden estar unidos, porque deciden desde la soledad. Lo que los une son las condiciones extremas. Se pueden sentir seres olvidados, y, al principio, se miran desde lejos, pero los acercan esas condiciones.

?Cuando un actor se enfrenta a un personaje terminal, ¿qué hay que hacer?

?Lo importante es entender qué le pasa y cómo lo va a expresar. En este caso entendimos que, aunque se trataba de alguien en una situación final, no había que recurrir a lo dramático. Sí tuve que adentrarme para ver cómo se puede comportar un personaje así.

?En esa soledad compartida, ¿hay un ingrediente social?

?En mi personaje creo que no. Él sabe tratar con ese tipo de soledad. Tiene su espacio y lo defiende. Ella es inmigrante, pero no es lo más importante de la historia. Y, en el fondo, a lo que llega su relación es a un punto de encuentro en el que, si no mejorar, sí se puede calmar el agobio de su vida.