Los expertos alertan de que el castro de Baroña está en coma

María Hermida
María Hermida RIBEIRA/LA VOZ.

CULTURA

Tito Conchero y Marcial Rodríguez estarán una semana examinandl las prehistóricas construcciones para hacer un diagnóstico del yacimiento.

01 oct 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

El arqueólogo Tito Concheiro, acompañado del arquitecto Marcial Rodríguez, desembarcó ayer en el emblemático castro de Baroña, en el municipio coruñés de Porto do Son. Ambos estarán una semana examinando las prehistóricas construcciones para hacer un diagnóstico del yacimiento y un estudio topográfico -que financia la Xunta-. Sin embargo, solo necesitaron unas horas para darse de bruces con la realidad. Concheiro confirmó que sus peores augurios se cumplieron y que el matrimonio que desde hace años forman en Baroña las visitas descontroladas y la nula labor de conservación han dado unos resultados nefastos: «Hai que dicilo así, o xacemento permanece en estado comatoso».

Concheiro hizo hincapié en algunos de los problemas. Dice que la falta de conservación -la última vez que se hicieron labores para preservar el yacimiento fue en 1996- está afectando seriamente a las milenarias piedras. Además, señala que, aunque estuvo en muchísimas ocasiones en este entorno, nunca se había encontrado «todo tan horrible, ata con lixo e feces no medio do xacemento. Como anécdota, podo dicir que había mondas de plátano e botellas tiradas». Luego incidió en el asunto de las visitas.

Y es que el castro de Baroña recibe miles de personas a lo largo del año -ayer, en pleno septiembre, Concheiro, a media tarde, había contado cien visitas- sin que haya ningún itinerario marcado ni nada por el estilo. «Aquí cada un ven e fai o que pode ou o que quere, dende subirse ás pedras a incluso facer as necesidades no xacemento».

Las esculturas

También está el asunto de las acampadas, ya que es frecuente que se monten tiendas por la zona. Asimismo, ya fueron dos las ocasiones en las que alguien se encargó de llenar de singulares esculturas hechas con piedras todo el entorno prehistórico.

Por todo ello, el arqueólogo Concheiro concluyó lo siguiente: «O estado é de coma, penoso e lamentable. Agora mesmo, o castro de Baroña é un xigante cos pés de barro».

Con estas impresiones, queda claro que el diagnóstico que se hará a lo largo de la semana no va a ser muy optimista. Quizás viendo cómo está la situación, al fin alguien decida poner las cartas sobre la mesa y, al menos, aprobar definitivamente un plan para proteger el castro.